Foto: David Larrosa, 10 años

martes, 4 de junio de 2013

CONSTELACIONES


   En la taberna del Diablo el chico agarra el cuchillo de caza y se levanta. La silla cae al suelo, se produce revuelo alrededor. No han ofendido su honor como para lavarlo con sangre, piensa el sacristán. Le falta hombría, cree la camarera. Todos los días bronca, murmura el letrado, y escupe el tabaco ruidosamente contra el suelo, haciendo ademán de levantarse. De aquí no se mueve nadie,  amenaza el muchacho. 
   El otro se levanta con lentitud burlesca. Su pose teatral es una mofa. Así es como muestra su desprecio al contrincante, al que llama imberbe y mocoso desde hace años. Le aparta de un manotazo si se tercia, pisa sus palabras cada vez que el chico va a hablar. Es más grande y más fuerte, y su ira mueve a un coro de personas que no le quiere pero que se somete a su prepotencia. 
    No tienes huevos, le reta.
   El muchacho duda. Se está dejando engullir por la soberbia del otro. Sabe que ésa es la peor trampa, la peor traición a sí mismo: dejarse arrastrar por asechanza ajena. Debería permitir que actuase su propia alma, que le dicta que ignore al patán. Al fin y al cabo conoce muy bien sus debilidades. Sabe que son ellas -no su pretendida fuerza- las que le obligan a pisotear para sentirse alguien. Por dentro, el hombretón es sólo un muñeco de trapo. Mejor abandonarle a sus miserias. 
    Dejarle atrás. 
    Lárgate, mocoso, aquí no cabes, dice el otro.
   El muchacho empuña el puñal de caza, que su padre recibió del abuelo, y arremete contra el hermano con el ciego propósito de matar.




13 comentarios:

  1. A veces huir, es una victoria.

    Besos desde el aire

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  2. "Por dentro , el hombretón es sólo un muñeco de trapo", vulnerable y herido...pero cuanta pupa puede hacer, añado. Muy logrado el ambiente tabernario, testosterónico."Los hombres de las Tabernas", esa especie arcaica que se resiste a su extinción...Enhorabuena, Susana.

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  3. Ya se lo dije yo a su madre, que estos dos acabarían mal.
    Un abrazo

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  4. ¡Excelente micro, Susana!

    Una pieza trazada sobre un esquema de acción constreñido a lo esencial, en la que destaca el rigor de selección en el plano semántico y un ritmo ajustado a la tensión que pretende. Nos das, además, un final que a muchos nos gustaría cambiar.

    Mis aplausos quedan resonando.

    un abrazo.

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  5. Hermanos? Mala cosa, las peleas han sido desde la cuna.

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  6. Que se va a esperar de la Taberna del Diablo... Siempre hemos sabido que era zona de peligro y con gente rara...

    Besos Susana :)

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  7. ¡Muchas gracias por pasar y comentar, ROSA, PAZ, ANITA, PEDRO, LUISA y NIEVES! Un fuerte abrazo a todos y cada uno.

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  8. No me esperaba que fuera una pelea fraticida. Me ha dolido, Susana. Los detalles te relajan pensando que no va a pasar de dos empujón desiguales (tal vez alguno solo verval).
    Me has pillado.

    Un abrazoooo

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  9. El pequeño debió escoger otro camino -irse- mucho antes.

    Los dos son débiles, por eso acabaron en esa taberna, como el coro que los acompaña. Que hayas destacado al letrado me parece bastante acertado, me llama la atención el sacristán por esperar algún cargo de mayor porte. El título -para mí- universaliza la historia, arraiga el mal en su esencia.

    Gracias por el relato Susana. Un beso

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  10. Gracias PETRA, ARTE PUN y MIGUELÁNGEL por dejaros sobrecoger por esta escena cainista. Besos

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  11. Este relato me parece como una ola que se levanta furiosa y cuando crees que llegó a su punto más alto y ya no puede sino caer, cae, sobre ti.

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  12. El primer párrafo es una secuencia que repasa a todos los personajes testigos de la escena como nosotros. Luego vamos descubriendo el punto de vista del protagonista, hasta el desenlace. A mí también me hubiera gustado otro final, pero la historia de Caín pesa en la conciencia. Besos, Susana

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