Foto: David Larrosa, 10 años

martes, 5 de julio de 2011

DESVARÍO EN COLORES

   

    Cómo me gustaría ser Judy Garland. Así podría andar a saltitos, con falda de peto y colas al viento: boca grande y roja para cantar a pleno pulmón, ojos estrábicos para desorientar al destino. ¿Seguiría el camino amarillo de Oz?  Ah no, mis zapatitos rojos no: los míos se iban derechos a la vitrina de un museo, a relucir su historia entre suspiros de octogenarios. Pero da igual, no nos desorientemos: hoy es hoy y es aquí. Y me gustaría ser Judy Garland para andar a saltitos y hacer que todos me vieran como una buena chica, niña amable y treintañera de perpetua infancia. Niña incapaz de vaciar el cargador sobre la iniquidad de su jefe en el mismo descampado donde hemos parado el auto para cambiar sexo por ascenso.
    Igual, no nos desorientemos, ahí afuera hay un camino amarillo.

17 comentarios:

  1. A esa niña que tiene un aire a Judy Garland le quitaré los zapatos rojos y los lanzaré por la ventanilla lo más lejos que pueda. Cómo me va a divertir verla caminar de puntillas por el descampado, clavándose en los dedos cristalitos de botella, astillas, afiladas puntas de viejas cajas de fruta descompuestas por la intemperie. Qué placer ver cómo arruga el morrito cuando sienta en la piel la humedad de los excrementos que abundan en el solar donde he detenido el coche. Qué no se me ocurrirá a mí para que no sospeche que de lo otro, nada.

    ResponderEliminar
  2. ¡Caramba, José Ángel, nunca te había leído tan cruel! Te has transmutado... Muchas gracias, como siempre, por tu réplica genial. Enriquece.

    ResponderEliminar
  3. Feroz. De nuevo ritmo y más ritmo. Y ese camino amarillo que aparece y desaparece en el desvarío de una niña con zapatos rojos. Me encantó, simplemente.

    Abrazos.

    ResponderEliminar
  4. Impresionante, Susana. Tanta ingenuidad tenía que explotar por algún lado, y mira por donde, le explotó en la cara al jefe, no por nada, no... ja ja, que la niña tontina de zapatos rojos sabía algo de la vida.
    Abrazos admirados

    ResponderEliminar
  5. Siempre me sumerjo en tus historias para dejarme llevar y, en ésta puedo sentirme como esa niña dando saltitos y....
    sencillamente, genial!!!!

    Besotes
    Claudia

    ResponderEliminar
  6. !Protesto, descaradamente! He pretendido desorientar al destino siguiendo su consejo y solo he conseguido una nariz rota y un charco de sangre al pie de la farola que se interpuso en mi camino.

    ResponderEliminar
  7. ¡Jolín con el desvarío! Una que va dando saltitos tan feliz por este texto y ¡ufff! tropieza con ese final.

    Besos

    ResponderEliminar
  8. Un giro final muy bueno. Me gustó mucho.

    Besos ingenuos.

    ResponderEliminar
  9. Un ritmo un poco siniestro esta vez, ¿no? Gracias por pasar, Agus. Abrazos.

    Pues ya ves, Anita, algunas explotan cuando menos piensas. Como debe ser, jeje. Gracias.

    Uy Claudia, no te imagino en ese personaje, pero si dices que te has metido en él... mil gracias.

    Vaya, disculpe usted por inducirle a tortazo, don Odys; le mando kit de primeros auxilios y un abrazo.

    Gracias Elysa, suena traviesa tu lectura. Te voy conociendo.

    Es una satisfacción enorme que te guste, Lola. Un abrazo agradecido.

    ResponderEliminar
  10. Muerte roja.

    Brutal!!!
    Pero en las días que corren no creas que es tan descabellado lo que escribes, que si bien es un simple relato, la realidad supera con creces la ficción.

    De todas formas, muy bueno el relato.

    Un besito :)

    ResponderEliminar
  11. Pues sí, Muerte Roja, los periódicos refieren mucha matanza visceral. Y a los lectores nos tienta. Gracias por pasar, un abrzo.

    ResponderEliminar
  12. Y vamos machacando a saltitos. Bien, me gusta este micro.
    Abrazos, Susana.
    PABLO GONZ

    ResponderEliminar
  13. Susana, yo también me he pegado un tortazo, nos has hecho unas fintas estupendas y nos has estrellado con la realidad así de golpe. Me ha gustado mucho, mucho este micro de este martes. Aunque yo aparezco en miércoles.
    Y la réplica de J.A Cilleruelo también.

    Abrazo Dorothy

    ResponderEliminar
  14. Gracias, Pablo. Yo también veo a la protagonista machacando..., más que de víctima. Ahí sintonizamos. Me han sorprendido algunos comentarios previos.

    Rosana, eres bienvenida todos los días de la semana. Y siento el tortazo, jeje.

    ResponderEliminar
  15. Te encuentras agusto bailando a lo J.G. y de pronto te sientes cayendo floja como si te hubieran parado de dar cuerda.

    Muy bueno.

    Besos.

    ResponderEliminar
  16. Impresionante. El texto va también como a saltitos por el camino de baldosas, aunque no sé muy bien de qué color... Es genial. me gustó mucho
    Saludillos

    ResponderEliminar
  17. Pues te lo confieso, Susana. A mí también me gustaría ser Judy Garland.

    ResponderEliminar