Hay una frase actual que me parece especialmente molesta, injusta, indecente. La utilizan políticos y financieros, y poco a poco la gente de a pie que se deja calar inocentemente por la mentira. Es eso de "hemos estado viviendo por encima de nuestras posibilidades". Como si todos tuviéramos nuestra parte de culpa en la crisis... como si la responsabilidad no fuera, entera, de quienes gestionaron los recursos (también la información, por supuesto) usando un código de conducta que se mueve entre la avaricia y la negligencia, y que no tiene nada de inocente.
Nos vamos dejando envolver por mentiras repetidas, un mantra de fondo que acaba atontando al más terco. Lo cierto es que una serie de valores en los que creímos han dejado de tener sentido, y que las próximas generaciones van a encontrar un mundo distinto al previsto. Otra frase, "esto no es una crisis, es un cambio coyuntural" añade alegría a la inconsistencia.
Se supone que el mundo del arte, y el de la literatura que es el que más nos toca, debería reflejar una hendidura social de estas dimensiones. Si las etapas del progreso o las guerras han dejado huella estética en la historia de la literatura, ¿qué dejará esta crisis?
Más allá del uso del tema y de la creación de tópicos, ¿es posible que se desarrolle una estética nueva? ¿Estamos preparados para reaccionar estéticamente si, ideológicamente, comemos todos los días el pasto del engaño?
En fin, hoy me gustaría hablar de algo que sin duda nos supera, ¡a lo grande!, consciente de mis limitaciones y de estar metiéndome en camisa de once varas. Me da igual. Desde nuestras modestas posibilidades, con más ilusión que recursos, yo pregunto si os parece que es posible desarrollar una estética nueva sobre esta realidad nueva. Y si os parece que alguien ha emprendido ya el camino. Y si, por ejemplo, un género aún cuestionado como microrrelato puede encajar en tamaña pretensión.
Brillante tu comentario Susana, qué bien lo cuentas. Y me encanta cuando dices "me da igual".
ResponderEliminarSobre tu pregunta, pensaré algo.
Gracias. Un beso
Menuda pregunta, Susana. Veamos... empezaré diciendo (y esto lo escuché no sé cuándo ni tampoco sé dónde) que no hemos vivido, nadie, por encima de nuestras posibilidades. Cuando la gente quería gastar más de lo que tenía, el banco te ofrecía la posibilidad de pedir un crédito o una hipoteca. O sea, que gastar más de lo que teníamos entraba dentro de las posibilidades.
ResponderEliminarEn cuanto a la pregunta principal: sí, es posible que se cree una nueva estética, aunque los creadores de esa nueva estética es posible que no se den cuenta hasta que algún crítico o estudioso repare en ello. Quizás sí cambiaremos la manera de escribir (o pintar, o cantar o lo que sea) pero no creo que nos demos cuenta. Si la realidad cambia, el arte, que se alimenta de ella, también debe notar algún cambio. ¿Si hay alguien que ya esté en esa nueva visión? Ufff... demasiada pregunta para mí. ¿Y si el microrrelato puede encajar en tamaña pretensión? Por supuesto. Pero no sólo el microrrelato.
Hacía días que (blogger) no me dejaba comentar, y no sé por qué. Nada, que luego me paso a ver qué dicen los otros. Abrazos, Susana.
Es que yo creo que el punto de partida es erróneo: esto no es una realidad nueva, es el retroceso a realidades antiguas. ¿Qué diferencia hay entre los trabajadores chinos de Foxconn y los siervos de la gleba o los trabajadores de la industria del siglo XIX? No pongo más ejemplos, cada cual los conoce.
ResponderEliminar¿Es posible una nueva estética moderna en esta nueva realidad antigua? Sin duda, y creo que el microrrelato, el teatro y el corto cinematográfico deben ser parte de la vanguardia. Es más, el camino de esa vanguardia pasa por la crítica social, bien sea de una manera directa, bien con un envoltorio que permita pasar los filtros de la censura que, sin duda, volverá.
Muchas gracias, ARTE PUN, porque ésa es realmente la finalidad del comentario: intentar pensar entre todos más que responder una pregunta que está muy allá.
ResponderEliminarVÍCTOR, yo no sé si la creación de una estética es algo tan accidental. Quizá tengo una visión idealizada (eso también), porque yo pienso en manifiestos, grupos artísticos, etc., tendencias que se extinguieron casi diría que en sentido inverso al auge de la literatura como negocio (concursos, listas de best sellers, escritores mediáticos...).
Si es verdad que estamos ante un cambio de parámetro y que el consumismo desbocado debe ceder, quizá la literatura se vea afectada para bien. ¿Sabrá aprovechar alguien la circunstancia? Sí, desde luego que es mucha pregunta, pero hablar es promover.
Nos hemos cruzado, DEPROPIO, y creo que decimos algo similar. Me interesa lo del envoltorio y la censura... había pensado en dedicar un Viernes a la falsa libertad de comunicación de las redes. Gracias.
ResponderEliminarTengo poco tiempo, Susana, incluso te había comentado en el micro último, ya te lo digo aquí: me ha gustado mucho, pero mi pelea con las palabritas de marras ha hecho que lo elimine.
ResponderEliminarEste tema me toca, el otro día una persona sólo influida por las noticias de los telediarios-tertulias visuales opinaba viéndolo todo negro.
Está pasando que no se conoce todo lo que muchos sectores jóvenes están haciendo, pero no desde ahora, por la crisis, sino desde antes. Son creadores y son muchos porque están suficientemente preparados y lo siguen haciendo. Viven con muy poco, pero intentan cambiar las cosas que se hacen y están caducas en distintas profesiones con una estética, música, proyectos nuevos y no es que no se den a conocer, es que no interesa, como siempre pasa. Claro que les influye la crisis; viven en la crisis, luchan contra corriente y yo tengo fe en esa juventud que empuja y no se acomoda como la pasada en el puesto fijo. Arriesgan, estan arriesgando y pienso que sí cambiara todo, lo que pasa es que los cambios son lentos en el tiempo. Todo cambia y se renueva como la primavera: la estetica y por supuesto la literatura o ¿no es la literatura la que nos cuenta la historia mejor que ella?
El micro, si lo tuviera que dibujar para mí es un punto importante que se extiende en círculos concéntricos contándonos un mundo y esto no creo que desaparezca, al revés.
Un fuerte abrazo.
Violeta Rojo, en un estudio (del cual cito otro fragmento casualmente en mi blog) referido a la microficción en Venezuela pero que puede hacerse extensivo a otros ámbitos, dice:
ResponderEliminarA la larga, los rasgos divergentes entre los textos breves, desde los años 20 hasta ahora, no son tantos. Mientras la novela, por dar un ejemplo ha variado mucho desde los años 20 hasta ahora, estos minicuentos siguen manteniendo rasgos comunes: siempre son breves, muchas veces, aunque no siempre, establecen relaciones intertextuales o culturales con otros géneros y siempre están bien escritos. Al mismo tiempo, todos son muy distintos, como siempre sucede con la buena literatura. A la larga, lo que permanece, más que algún estilo específico, es la excelente escritura, ya sea larga o corta.
Si no atenemos a lo antedicho, tal vez el surgimiento de una nueva estética requiera de otras extensiones, el micro y el cuento parecen más monolíticos en ese aspecto. Pero como dice Víctor, el surgimiento de una nueva estética suele no ser visible hasta tiempo después.
Saludos
¿Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades o han robado por encima de las suyas?.
ResponderEliminarAbrazos.
Desde la humildad voy a dar mi opinión, que de antemano, resolveré con muchas dudas. Vivimos sobre una ola gigante, una revolución que está derribando los pilares-barrera sobre los que se sostenía toda la estructura financiera y por extensión nuestro modus vivendi.
ResponderEliminarEn general, no creo que viviéramos por encima de nuestras posibilidades, lo que pasa es que pensábamos -generalizando- que nuestras posibilidades iban a durar para siempre, y los tejemanejes de unos cuantos qué -por descontado, no están sufriendo las consecuencias- han conseguido que esas posibilidades e vayan al traste.
Respecto a tu pregunta de si surgirá un movimiento nuevo o no a raíz de esta crisis, no tengo ni idea, pero con la cantidad de publicaciones que se hacen directamente a la red cada día, y la interactuación que hay entre los creadores, es bastante probable que todo este proceso sea un nuevo movimiento en si mismo, y seguramente terminará dando fruto a formas de expresar comunes.
Un tema muy complejo, Susana, el que nos traes hoy.
Me parece muy importante lo que destacas sobre la juventud, ISABEL, y la cita de Violeta Rojo (gracias GABRIEL, la he completado en El elefante funambulista; es cierto que lo breve nunca ha tenido tanta fuerza... ¿y esa situación no puede cambiar? pregunto en voz alta, no sé) y la presencia de una energía nueva en la red, FERNANDO. Pero de todas formas a mí me sigue asombrando el grado de inmovilismo, porque llevamos ya unos años de crisis y la situación de algunas personas es realmente desesperada, el cambio se siente en el entorno y sin embargo la respuesta es lenta, o cobarde o invisible aún.
ResponderEliminarTécnicamente las posibilidades están (siempre están cuando las cosas suceden, es casi una obviedad). Me parece que en este punto ocurre algo que mucho tiene que ver con los escritores y es el uso de la palabra.
ResponderEliminarEl tema no es que ya no haya posibilidades para hacer tal o cual cosa sino que el costo de hacerlo ya no lo van a pagar otros. Una de los máximos logros del capitalismo es haber disociado a las personas del poder que supuestamente los representa; y sobre todo de las consecuencias de sus actos y la interrelación mundial de los recursos. No es casual que alguien en Las Vegas se pase toda la noche llenando su pileta olímpica mientras en muchos lugares se recorren kilómetros para conseguir agua potable. Esto no convierte al alma de Las Vegas en culpable; en definitiva no tiene ningún sentido buscar culpas pero si comprender que la realidad es una sucesión de causas y consecuencias y si un poder (el que fuese) gobierna durante años es porque una mayoría de personas por acción u omisión por lo menos lo toleran.
Entonces "Crisis" puede que sea una cuestión de ubicuidad; las consecuencias del festín ya no van a estar en el tercer mundo solamente, ahora quedan a la vuelta de la esquina.
Es injusto y cínico culpar de esta situación a los ciudadanos que simplemente se compraron una casa para vivir, pero es igual de injusto y cínico no desplegar el mapa completo de la situación.
La verdad es que no se mucho sobre estéticas; por lo pronto me gustaría una literatura indignada (profundamente indignada), una literatura que no discuta si tal o cual diccionario es más adecuado sino que fabrique un diccionario propio para cada uno de sus textos. Una literatura que no busque aprobación del entorno, de los medios legitimadores del arte, una literatura que no concurse. Sueño con lo que sueño hace años; la negación más intrínseca a todo marco de poder.
Realmente me sorprende como se ha ido perdiendo la rebeldía. Todos esos escritores que tanto se admiran, justamente fueron por lo general resistidos por los medios legitimadores... negados, menospreciados,,, y luego pasó el tiempo y alguien los rescató... ¿rescató?, en las palabras nuestras más que en cualquier otro lugar viaja y subsiste el poder. Escribo rescató como si permanecer en el olvido del poder fuese un secuestro.
Es muy triste encontrar mas rebeldía en Oliverio Girondo que en un chico de 20 años... por favor, que hasta despierto ya sueño con ovejas negras.
Un fuerte abrazo, al fin tropiezo con este espacio donde compartir algunas palabras, como en casa.
Besos Susana, te extrañamos.
Juan, no puedo evitar decirte que tu comentario, tanto en lo social como en lo literario, me asombra por su amplitud, honestidad y acierto. Tienes razón en lo de desplegar el mapa completo de la situación, y en las consecuencias compartidas; tu explicación matiza muy bien mis palabras. Y que la literatura "fabrique un diccionario propio para cada uno de sus textos" me parece brillante. Es lo que debería ser, exactamente.
EliminarY encima me enteré de que eres jovencísimo... Es un placer contar contigo. Y envidiarte, claro. Besos.
Se que no tiene que ver con las preguntas "literarias".
ResponderEliminarA veces me pregunto: Si las entidades financieras han provocado esta situación con su sistema basado en la especulación, y la gran mayoría de personas -esas mismas personas que los políticos buscan cuando se trata de poner un papelito en la urna- se ven obligados a hacer frente a una hipoteca que está muy por encima del valor real de la vivienda sobre la que se ha firmado... ¿Se podría exigir que se renegocien las hipotecas?
Hay alguien por aquí que sepa de economía y pueda explicar que sucedería si un 80% de las personas que están pagando hipoteca en estos momentos decidieran no hacer el pago del mes de abril -por ejemplo- es una propuesta que escuché y no se que consecuencias tendría.
Hola Su, echaba de menos esta secciòn.
ResponderEliminarA la pregunta meramente política, respondo con este vídeo
http://blogs.elpais.com/la-voz-de-inaki/
Respecto a lo de vivir por encima de las posibilidades, me acerco mucho a la opinión de Víctor y Juan Ojeda y estoy de acuerdo con los matices del resto de respuestas. También me parece muy interesante la última propuesta de Fernando. Yo también lo he leído y escuchado, pero nadie se decide a hacerlo, a crear un evento que ocurra a la vez... a eso se le llama desobediencia civil y ya lo hizo Gandhi y Luther King. Y funciona, no hace falta violencia, solo negarse a hacer determinadas cosas todos a una como en Fuenteovejuna.
Digo sí a todas las otras preguntas que propones, el arte puede reflejar y puede obrar, y el microrrelato más aún. También creo como Víctor que hay tendencias que se verán más adelante, aunque con la velocidad y la cantidad de información que se recibe a tiempo real, se pueden ver antes las influencias.
También me preocupa esa especie de resignación y que volvamos a condiciones del siglo XIX y que los derechos que perdamos ahora va a costar mucho recuperarlos... Y lo que apuntas de la censura en la red me parece interesantísimo para otro viernes. Nunca ha habido más información y más libertad aparente junto a manipulación de esa misma información y censura tácita e incluso evidente a veces.
Has vuelto con mucha fuerza Su
Abrazo
Argentina está dando pruebas de esto que te preguntás, Susana, "un género aún cuestionado como microrrelato puede encajar en tamaña pretensión" (reflejar la crisis, claro, que de eso hablamos) Para muestra basta un botón, del horror que vivimos por estas tierras en los años '70, una página prestigiosa, como es "Cuentos y más" por segunda vez convoca a lo que ha dado en llamarse "Minicuentos X la Identidad". Minicuentos que se publican en periódicos (papel) y se leen en teatro. Cierto es que han pasado 20 años desde que volvimos a la democracia, y una democracia que, en mi humilde opinión, está muy lejos de ser perfecta.
ResponderEliminarAún así, es indudable que el microrrelato está reflejando un dolor colectivo.
Creo que, sea cual sea la coyuntura, el arte, sea cual sea su expresión, está capacitado para reflejar la realidad. Siempre. De lo contrario no es arte...
Un abrazo
FERNANDO, ROSANA, combativos os veo... y aprovecho para recordar la convocatoria de los PRIMEROS JUEVES DE MES, MICROS INDIGNADOS (ver blog Explorando Lilliput).
ResponderEliminarPATRICIA, gracias por tu aportación, es interesante el testimonio de "Cuentos y más", todavía desconocemos mucho de la realidad americana.
Gracias a todos y perdonad si a partir de ahora espacio un poco más mis comentarios, no voy a estar a pie de ordenador.
El hombre entró en el banco, dejó una bolsa de supermercado abierta sobre el mostrador junto a su DNI. Encañonó al cajero con su Beretta reglamentaria y dijo. Quiero que pongas todo el dinero de mi cuenta corriente en la bolsa ahora mismo, y nadie sufrirá daño.
ResponderEliminarAsí no, pero sacar el dinero de la cuenta, contarlo y volverlo a ingresar, sí me ha pasado.
EliminarYo creo que estamos en una realidad nueva. Porque si bien hay un retroceso en cuanto al recorte de derechos y libertades, entonces había solidaridad, empuje, lucha, ganas de cambiar las cosas. Ahora hay división y sálvese el que pueda. Hay un movimiento antiestético, huero, friki, desesperado por sacar algo a flote, aunque sea basura; y creo que hay un movimiento estético, que comienza a florecer en los blogs. No en vano se están creando iniciativas que apuestan por la buena literatura de denuncia. Y eso será lo que haga que se pongan cimientos nuevos para una buena casa. Yo no pierdo la esperanza.
ResponderEliminarAbrazos para todos.
PD. De los bancos y sus esbirros, prefiero ni hablar.
Me encantan tus viernes y la puerta que dejas abierta a la expresión colectiva. Acepto el reto encantada: ¿Vivir por encima de las posibilidades?, ¿de cuáles y de quiénes, preguntaría yo?. Cuando aquella realidad ofrecía un abanico de "bienestar" sustentado en un sistema social-político-económico que nos vendían como "perfecto", ¿quién colocaba la raya de las "verdaderas posibilidades?.
ResponderEliminarNueva realidad : no es nueva, desgraciadamente es vieja, anterior, retrospectiva ... los derechos conseguidos por los trabajadores en España, hoy se ven amenazados por una reforma que dejará a nuestros hijos en una situación empobrecida, exenta de posibilidades y de ilusión. Publicaba hace un par de días esta entrada:
http://demispalabrasylasvuestras.blogspot.com.es/2012/03/el-yuan-les-mata-nosotros-tambien.html
con la situación laboral de China. "Parece" que está lejos, que es otra realidad ...os invito a leerla, sólo son números, cifras, en un texto breve etiquetado como "denuncia".
El arte de la brevedad, pienso que se hará un gran hueco en esta sociedad creativa en casi todos los ámbitos artísticos, por varias razones: las nuevas generaciones funcionan con flashes, con imágenes, con retazos de minuto o minuto y medio. Su capacidad visual supera la nuestra por los medios tecnólogicos a los que continuamente se ven "sometidos". Sólo hace falta que su capacidad de "reflexión y de pensamiento" no se produzca en la misma medida y vaya más allá.
Bueno, esta es mi reflexión serena, breve, porque creo sinceramente que tendría para varias páginas, muchas.
Un abrazo a todos y a tí Susana por tu espacio.
Comparto tu indignación, Susana, cuando se habla de que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Hay dos sentimientos que tratan de inculcarnos cuanto más profundamente mejor: la culpabilidad y el miedo. No sólo diría que no somos culpables de haber vivido por encima de nuestras posibilidades, diría que hemos hecho lo que, parece ser, el sistema necesita para que todo vaya viento en popa económicamente hablando. Porque si el consumo es el combustible de nuestro sistema económico ¿no hemos consumido como verdaderos animales durante todos estos años? ¿No hemos contribuido con ello a que las empresas ganen más dinero que nunca y se genere más riqueza? Entonces ¿por qué ha ocurrido precísamente lo contrario? ¿No será que la economía mundial se sustenta sobre una serie de máximas falsas? Y sobre todo, ¿qué se está haciendo para que esto no vuelva a ocurrir? Reformulo la pregunta ¿se está haciendo algo para que no vuelva a ocurrir o solo estamos tapando el agujero para volver a las andadas?
ResponderEliminarEn cuanto a la cuestión artística, literaria en particular que planteas, soy muy escéptico. No hay más que ver las actitudes que se detectan de cara a la huelga del 29, una mezcla de desilusión, de miedo, de sensación de ineficacia, de inutilidad. Ante los recortes en sectores tan básicos como la educación, la sanidad, la cultura, la investigación, recortes de derechos sociales, de derechos laborales, los planteamientos siguen siendo de orden práctico, la cuestión que se plantea no es si hay que protestar contra estas acciones por considerarlas rematadamente malas e injustas, lo que se plantea es si servirá para algo, si me hará perder lo que tengo (virgencita, virgencita que me quede como estoy).
Y así no vamos a ninguna parte.
Puede que el problema esté en que en esta ocasión no luchamos por avanzar sino por no estrellarnos. Y supongo que la motivación es diferente.
Abrazos
Cómo empiezo?. Por esas cosas de la causalidad me encuentro aquí y apenas me atrevo a escribir. No me es fácil!. Considero que soy casi analfabeta para expresarme en relatos,cuentos cortos, micros o como se les de en llamar. Incluso poco sé de géneros literarios, y tal vez por ahora ni me ocupe de aprender sus nombres. Pero sí estoy en la lucha de la denuncia. No denuncias a gran escala, quiero decir que no se trata de hacerlas en superficies que obviamente no pueda abarcar. Sino en el pequeño pueblo. No me atrevo con un blog como señala Susana. Son algunas notas en la red. También algunos comentarios, algunas frases en formato de preguntas que en realidad no son preguntan, sino manifestaciones de verdad; verdades mías o verdades de hechos. Y disfruto y aprendo de las reacciones que tienen algunos políticos. Reacciones que si hubiera que puntuar sería "0". No entiendo como no son capaces de aceptar sus errores, hasta a veces me dan lástima. Parece ser que en el tema no aprenden nada. Siguen con la técnica de desviar la atención ocultando siempre la verdad. Son incapaces de razonar y eso es preocupante. Hubo a unos que los mandé directamente a hacer un taller literario y cursos de feedback.
ResponderEliminarVivo en un pequeño pueblo donde nada es lo que parece, o poco es lo que es (políticamente hablando). Dónde todos se quejan y nos quejamos de lo mismo. Sin embargo por miedo muchos están adormecidos. Tampoco soy yo quién intenta despertarlos. Con mis escritos solo quiero mostrar, si alguien los lee, que soy capaz de razonar, equivocarme, tener libertad de pensar, caer y volver a luchar por lo que creo justo. Me encantaría que más gente lo hiciera.
Saludos.
Silvia
Hola amigos y amigas: Después de las aportaciones lingüísticas de nuestro querido Javier Solana con lo de los "daños colaterales" en lugar de decir "asesinato de civiles", o lo de "neutralizar" por matar, supongo que todos estamos curados de espanto ¿no?. Eso de “vivir por encima de nuestras posibilidades”, no es más que un eufemismo que quiere decir que habrá una “drástica reducción de salarios”, creo yo. La mayoría de la gente nunca ha vivido por encima de nada, sino lo comido por lo servido, en el mejor de los casos, llegando mal o no llegando a final de mes. Solo una minoría ha vivido y vive a todo trapo. El otro día salió un artículo en el País, “No digan recortes, llámenlo amor” (http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/03/05/vidayartes/1330979259_557017.html), donde denunciaba la utilización de eufemismos en el lenguaje público que en épocas de crisis se exacerba de tal manera que llega al límite de lo cómico y de lo cínico. “La crisis” es una “severa desaceleración”; “la bajada de sueldo”, según nuestro querido BCE (que les regala 7 puntos por debajo el dinero que los bancos nos prestan después con ese pequeño margen de beneficio),se denomina “devaluación competitiva de los salarios”; a los “recortes”, los llaman “ajustes” o “reformas”; al copago en la sanidad pública, lo llaman “un tique moderador sanitario”; el que “la crisis la paguen los de abajo”, se llama “impacto asimétrico de la crisis”. “Despido”, “racionalización de puestos de trabajo”. Siempre ha existido este uso mentiroso y cínico del lenguaje, sobre todo por parte de los políticos. El ministro Guindos, el nuevo, (expliquenme a mí cómo se puede poner a cuidar del gallinero a un zorro???) es una birguería, puro eufemismo, pura metáfora, puro anacoluto.... Estamos en plena logomaquia. ¡¡Esto es la guerra!!
ResponderEliminarBueno, no he podido volver a conectarme hasta ahora, así que mil disculpas por la "ausencia"... Leo ahora vuestras aportaciones, y de cada una me queda una imagen potente. Muchas gracias, LOLA, LAURA, JESUS, SILVIA y JUAN por los distintos puntos de vista. Lamentablemente yo me siento más cerca de los pesimistas; ojalá no circulara tanto miedo y tanta "logomaquia"... Un abrazo.
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