Foto: David Larrosa, 10 años

viernes, 30 de marzo de 2012


   
   Cuando la imprenta empezó a expandirse por Europa, "et impresores librorum multiplicarunt in terra", quienes gozaban de importantes bibliotecas heredadas miraban con cierto recelo, cuando no menosprecio, los libros "de molde". Sostenían que sus hermosos códices, pergaminos miniados a mano y ejemplares de copista no eran comparables a los producidos a golpe de prensa; que estos fueran más asequibles sólo los hacía más bastardos.

   La propagación por motivos económicos causó la adaptación a un público más amplio: a los temas elevados en lenguas clásicas les fueron ganando espacio cuestiones más populares en lengua vulgar. En literatura surgió el debate sobre la literatura de entretenimiento, culpable de que el lector consuma su tiempo en cuestiones  triviales, inútiles y de poca moral, en lugar de utilizarlo para formarse. Y en materia de información, cabe recordar que Felipe II encajó la primera embestida de la leyenda negra orquestada desde las adversas prensas de los Países Bajos. 

   Algo había que hacer al respecto: la facilidad para difundir ideas nuevas y contrarias a lo establecido era mayor que nunca, así que era preciso controlar la expansión del invento que tanto poder de difusión tenía. Como es bien sabido, ya desde finales del XV se crearon  Índices de libros prohibidos, regulaciones de imprenta (Pragmática de Toledo, 1502) y leyes que regulaban la publicación de hoja suelta.

   Salvando todas las distancias, es evidente que existen paralelismos entre aquel fenómeno y las nuevas formas de publicación, cada vez más independientes y populares. Existe un menosprecio similar al medio y a la facilidad de difusión; una vulgarización y banalización de los contenidos; una verdadera pérdida de tiempo de algunos y un descrédito desproporcionado de otros, sólo por el medio utilizado. Eso es posible verlo. Pero la necesidad de control por parte de los grupos de poder ¿es igual de visible? 

   ¿Qué formas adoptan los Índices (filtros) actuales? En los tiempos de la libertad de expresión, estaría feo que el poder nos marcara unas pautas o impusiera una censura.

  ¿Qué formas adopta hoy el control? ¿Cuáles son los "libros prohibidos" y en qué "hogueras" arderemos los pecadores? Y por otro lado, ¿acaso el poder es alguien tan visible como la Iglesia o el Rey?




   Me ha gustado esta charla que, a pesar de todo, también resulta un poco paradójica por la plataforma elegida para su difusión; la dejo aquí por si alguien quiere escucharla; me parecen especialmente interesantes los últimos minutos.


18 comentarios:

  1. Quizá, lo que ha cambiado respecto a otras épocas, es el sistema represivo que se utiliza. Más sibilino, inteligente, perverso.

    Si antes, como bien has explicado, la prohibición era el arma, sin más, ahora parece que el sistema es capaz en su vorágine de asimilar todas aquellas manifestaciones que en un principio se salen de los cauces habituales, resultando transgesoras pero efímeras, ya que el propio sistema las integra, incluso en deteminados casos las hace suyas y obtiene réditos económicos.

    El sistema siempre intenta preservar su equilibrio, y ante cualquier conato de ruptura o revolución, reacciona veloz e integra las tentativas bajo sus dominios. De este modo logra desactivar todo su potencial.

    Gracias Susana por la propuesta.

    Abrazos.

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  2. Totalmente de acuerdo con Agus. Ahora se fagocita toda publicación transgresora, o se intenta neutralizar de diversas formas: la crítica feroz, el ninguneo, el arrinconamiento etc... Solos unos pocos, los más fuertes, sobreviven fuera del rebaño.

    Abrazos, muchos.

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  3. Los sistemas de censura y selección en los medios hoy en día vienen marcados por lestes no escritas. Nada de hablar mal del rey, ni de imputar a la infanta, ni de meterte con un político conservador si trabajas para ABC o socialista ni estás el El País. Lo sabes, y no hace falta que te lo digan. La autocensura es el primero de los filtros.

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  4. Me ha gustado mucho la charla Susana.

    Si tenéis tiempo escucharla.

    Hay más libertad que nunca en apariencia pero más "control" de una forma sutil además de la autocensura (por miedo, por correcciòn política, por presiones..) de la que habla Manu. Y hasta una censura así como sencilla, en las mismas redes, que consiste en que si una persona no se comporta como se espera de ella, se la aisla, es de una forma tácita, pero ocurre. Siempre hay quien tiene carisma y poder y quien se arrima a eso aunque por el camino pierda su propia libertad de acción y decisión.

    Muy interesante el tema de hoy.
    Creo que no nos podemos fiar de todo lo que llega de la red, hay que tener criterio y pensamiento independiente.
    El face book no me acaba de convencer por lo que dicen en la charla y por otros motivos que me ha explicado gente que sabe y mucho. Es un método más de control del ciudadano, sobre todo del que no toma precauciones. Yo que me acabo de sumergir en ese océano de fb lo hago con cautela. Siguen gustándome más los blogs.
    Un abrazo

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  5. Gracias, AGUS, LOLA y MANU, por opinar. No sé si ya estamos de vacaciones o se me ha ido la pinza y el tema no interesa como yo creía, pensé que iba a dar un poco más de juego.
    Besos prevacacionales y hasta pronto.

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  6. Oye que nos hemos cruzado Susana. Yo creo que el tema interesa, pero la gente debe de estar con la mente en las vacaciones. Ya irán entrando.

    Abrazo

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  7. El vídeo es muy interesante. El punto final como propuesta muy bueno.

    Yo plantearía dos niveles. El de la censura pura y dura (sea autocensura o sea de la forma más moderna que comenta Agus) y el del direccionamiento y filtrage de la información motivado por el interés que tienen los grandes gestores (como Facebook o Google en el caso de que se habla) de tener al cliente-usuario bien contento y reducido a su burbuja. Esa burbuja nos la autoimponemos nosotros. A mi me interesa el aspecto que reclama el ponente en el que reclama capacidad de control por parte del usuario de esos filtros. Conocerlos y decidir si quiero filtrar o no y qué. De otra forma nos vamos encerrando en unas afinidades que nos monocromizan el mundo y corremos el riesgo de perder la amplitud de miras y la perspectiva de la diversidad. Al final viviremos en una burbuja con gente clonada a nosotros. Eso es lo que debemos evitar. Repito, ese aspecto no es censura (opino).
    Creo que un día lo hablamos tangencialmente en un encuentro en La Bohème (sólo estaba Susana de los asistentes al debate hasta el momento). Hoy en día, a través de las páginas que visitamos, de test de preferencias, de pincha en me interesa, me gusta, me uno, soy fan, compra por internet... unido todo ello a aplicaciones smartphone y gps estos gigantes son capaces de gestionar y vender información para que al pasar cerca de un centro comercial nos llegue un sms que nos diga que la nocilla está de oferta y que en la esquina siguiente, el bar Manolo tiene esa ginebra que tanto nos gusta y que hace tres meses que no catamos. Y también que tienes a tres manzanas al amigo fulano por si quieres quedar o huir y ...

    Habrá cosas que nos facilitarán la vida pero lo que no podemos jamás es quedar enterrados en el propio sistema, anulados y que este nos controle y dirija. Yo también reclamo la capacidad (en todos los ámbitos) de controlar y customizar estas herramientas. Poder decidir entendiéndolas y controlando sus acciones.

    Debe ser que el mundo está de vacaciones o la mitad del país detenido. A saber. Abrazos a todos.

    PD: A mi me interesó, pero no se lo digáis al Sr.Google ni a nadie.

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  8. Primero comentar sobre el video de la charla. Hace una semana visité varios sitios porno (que sí, que solo era a modo de investigación, para buscar unos relatos eróticos) y a los pocos días Facebook me llenó de solicitudes de amistad de chicas que no conozco y que se las ve un poco ligeras de ropa, ¿se entiende? Como ya no volví por esos sitios, todo se normalizó y me llegan los posibles amigos de siempre (escritores, programadores, etc.) Así que saquen las conclusiones en cómo nos vigilan.
    Respecto a la censura moderna, opino que es básicamente autocensura y, generalizando, creo que va de la mano de lo económico. Vemos los medios informáticos importantes (no interesa el país):
    - Los medios conservadores viven del dinero de las corporaciones. Y las defienden. Sus periodistas jamás podrán criticarlas, a costa de su trabajo.
    - Los medios oficialistas viven del dinero de la pauta oficial publicitaria, por lo tanto, sus periodistas jamás criticarán al gobierno de turno, para no correr la misma suerte que los de más arriba.
    - ¿Alguien conoce medios de información de gran alcance, que sean independientes?

    Bueno, eso. Un saludo.

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    1. Puesto así, Sergio, está muy clara la actuación periodística... Supongo que sólo queda la publicación de corto alcance. Pero entonces, si hablamos de revistas electrónicas, blogs o comentarios en redes como publicaciones verdaderamente independientes, ¿te parece que la autocensura y que su posible origen económico es poca cosa? ¿No será esa la base para un rastreo mayor? Las bases de datos que se están creando con nuestras edades, gustos, compras, periodos de vacaciones, listas de amigos, lecturas favoritas, el médico al que vas, etc., nos identifican a la perfección. No hace mucho dijeron en un informativo que Facebook ya posee la mayor base de datos de caras (fotografías) del mundo. Es como estar fichado, pero a conciencia y sin haber cometido ningún delito. ¿Se quedará en "sólo" comercial?

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    2. No, no. Hay dos facetas.

      - La autocensura económica que digo viene del lado del periodista/escritor/comentarista/etc. que sabe que perderá su trabajo si critica a quienes le pagan.
      - Después está la otra cara, la de los que están del otro lado. Los dueños de la información. Esos van mucho más allá de lo económico, está claro. La información es poder y quien la controle intentará ser el Gran Hermano. Para dominar y para no permitir que lo dominen.

      Muchas veces trato de instalarme en los años anteriores a la última dictadura argentina. Todos esos chicos que iban por la vida con sus libros de justica social. Con palabras de libertad y revolución. Esos son los que desaparecieron o murieron. Ni sabían que estaban en las agendas de los dueños del poder.
      Todos estamos fichados y obvio que no cometimos ningún delito. En estos días se descubrió que el gobierno argentino estuvo (y está) haciendo operaciones de inteligencia (espiando, bah) a sindicalistas, estudiantes, delegados, líderes comunitarios y demás. Controlan internet, controlan los teléfonos, el correo, tienen presupuestos siderales para seguirnos…

      ¿Nosotros, simples amantes de letras e ideas libres? Estamos en el horno, si ellos lo desean. Así que para qué autocensurarnos.

      ¡Un saludo!

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  9. Qué fuerte. Espero que la desaparición del comentario que hice hace rato no tenga nada que ver con lo que se trata. Y me da mucha rabia porque me lo había currado. Trataré de reproducirlo en lo esencial.

    En primer lugar indicar que el vídeo me ha parecido interesante y el punto final el elemento clave.

    Antes de nada, me gustaría distinguir entre la censura (sea autocensura como comenta Manu) o censura en formas actuales como relata Agus y la censura que para mi no es tal, impuesta cada vez más por estos gigantes de la gestión de la información y la comunicación como son Facebook y Google. Digo que no es censura sino interés comercial de mantener contento al cliente-usuario final en la aproximación y oferta de los resultados afines sus gustos o preferencias. Eso es limitación o autolimitación a través del uso de esos filtros de selección que reducen nuestro mundo a un sólo color, a una única forma de ver y pensar. Al final acabaremos en una burbuja en la que nos relacionaremos con clones nuestros. Ese es el principal peligro. El aislamiento y la sectarización. La radicalización de posturas que fomentan el gusto por la autofelación (perdón) en aras de una libertad de servicio customizado que nos aburbuja en lugar de amalgamar sentimientos y gustos. En lugar de abrirnos la mente nos reduce al monocromo, a grupos similares segregados de la realidad diversa. En cierta manera es algo muy típico y normal en la relación humana. En el entorno que nos movemos solemos entablar lazos con individuos de acuerdo a unas afinidades. Afortunadamente somos conscientes de las otras (deberíamos). Igual que el ponente, yo abogo por la transparencia de estas entidades en los filtros a través de los cuales nos muestran el mundo. Tener la capacidad de controlar cómo y qué quiero en cada momento hará que nos responsabilicemos y seamos críticos con lo que recibimos. De otra forma asistiremos a una reunión con el Sr. Lobo en la que los amiguetes de siempre nos acabaremos chup... (perdón de nuevo). No podemos dejar que la máquina nos gobierne y nos aplaste. El control debe ser nuestro, del usuario.
    Creo que fue en una reciente conversación en La Bohème (Barcelona) en la que de los hasta ahora participantes sólo estaba Susana, se comentó algo que hoy en día ya es posible. A través de los botones de me gusta, soy fan, te sigo, te doy un +, me apunto, compro por internet, tests de preferencias... y aprovechando las tecnologías GPS y los smartphones, cuando pases cerca de un supermercado te llegará un sms que te informará que la nocilla está de oferta, que igual te quedan pocos pañales para el niño, que en el bar Paco de la esquina hay una promoción de esa ginebra que tanto te chifla y que no catas desde hace tres meses, que tu amigo Juan está a dos calles por si quieres verle o salir huyendo...
    Habrá cosas que nos faciliten la vida, que nos ayuden, pero quiero insistir en ello. Debemos reclamar esa capacidad de control por parte del usuario para filtrar nosotros de forma que podamos ver el mundo en toda su amplitud, en todos los colores del espectro, nos gusten o no. No quiero que nadie haga ese trabajo por mi. No lo he pedido. De otra forma corremos el riesgo de quedarnos a vivir en esa burbuja demasiado nuestra.

    Más o menos esto es lo que decía antes (antes mejor, creo que ahora me repetí, pero debe ser la hora). Huelga decir que a mi me interesó mucho el tema ¿no? Dios, dije ¿huelga? Madre mía, a este paso este comentario tampoco sale.

    Abrazos a todos
    Besos, Susana

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    1. Yo había leído tu mensaje en la "tratienda" del blog, Xesc, y no sé cómo habrá podido desaparecer porque yo no toqué nada. Muchas gracias por volver a entrarlo porque me parece muy interesante y me acuerdo de la conversación que tuvimos, yo desconocía que existiesen dispositivos móviles que te avisaran de por dónde estás pasando para que te compres tu revista favorita o las chips que sueles comer... me parece el colmo del tutelaje (versión actual) y de la manipulación (versión futurista).

      Sobre tu primer párrafo, entiendo lo que dices pero no estoy muy segura de que el interés comercial cliente-usuario no acabe siendo una forma de conducción. De limitación seguro, porque no pruebas otras cosas; pero quizá también nos mantenga en un determinado grupo (de acción, información, lo que sea) y eso nos haga más controlables. En cualquier caso, el rastro constante sí nos hace con toda seguridad controlables.

      Besos y moltes gràcies, Xesc.

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    2. Lo es. Sin duda es conducción. Saben a dónde apuntamos para dirigirnos hacia allí a empujones. Pero (salvo excepciones de gobiernos u otros) creo que poco les importa (al menos a feisbuks y gugels) porque igual te dan en un sentido que en otro. Estaría bien crearse varios perfiles y conectarse desde diversos puntos, como si fuéramos seres diferentes para ver las diferencias de oferta.
      Creo que lo peor de todo (en este caso que comentamos) es la ausencia total de control de los filtros, control sobre la máquina, el desconocer el mecanismo que hará al final que seamos menos permeables, que cada vez nos parezcamos peligrosamente más a nosotros mismos. Y por ende, más controlables.
      Optar, escoger, decidir es libertad. Lo demás es una estafa.

      Abrazos a todos

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  10. Estoy con Lola y Manu. No se censura abiertamente porque en la actualidad no es políticamente correcto hacerlo, pero se censura con el ninguneo de lo que no interesa, la ocultación de lo que molesta en contraposición a lo que se desea que quede como única verdad, y se anuncia a bombo y platillo. Sólo hay que ver los noticiarios, o leer los periódicos de peso.

    Susana, creo que en estos días, entre la vaga, el final de més y las vacaciones tan cerca vamos todos como locos. Eso es lo que pasa.
    Un abrazo, corasón.

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  11. Pues me parece muy interesante lo que dice Xesc (eso es lo que da miedo que no veamos lo que queremos ver sino lo que creen-y consideran que debemos ver- que queremos ver. Esa burbuja, si el ser humano tiende de manera natural a la burbuja de esta forma es doble burbuja y lo que dice Miguel (el ninguneo, no informar de algo e informar mucho sin embargo de otro tema es desinformar también).

    El tema entra dentro de lo que se llama sociedad de control y hay varios estudios al respecto. http://www.versvs.net/anotacion/sociedad-de-control


    Cuando uno se registra en fb debería leer la letra pequeña, la muy muy pequeña. Todo lo que cuelgas (fotos, relatos, poemas...etc) pasa a ser de su propiedad, pueden hacer lo que les apetezca con ello y también considero un error dar demasiad información personal.

    Abrazo y buenas vacaciones

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  12. Qué tema más interesante; yo siempre tengo la sensación de que estamos en un siglo de pornografía excedida... la imagen (del dolor, la destrucción, la vida, lo posible, lo imposible) se ha llevado a tal punto de saturación que ya es muy difícil que provoque lo que podía provocar hace algunas décadas.
    En este punto, muchas veces he discutido el concepto de censura. Me parece que una de las características más llamativas de esta era es la "no necesidad" del poder en censurar o esconder información... ¿Qué verdad oculta puede haber que cambie el curso de las cosas?... ya hemos visto el hambre, la desocupación, la desigualdad más flagrante, invasiones a países por nada, fusilamientos públicos, hipocresías,,, todo guarecido en nuestra civilización financiera. y todo siguió igual.
    En tal caso, la censura podrá ser específica; algún gobierno "demasiado brutal" pero entonces nuevamente estamos discutiendo a un actor del sistema (por ejemplo Khadafi) y no al mismo sistema que lo generó.

    Aquí en Argentina hay una historia que se cuenta sobre el presidente Irigoyen (1916-1922 y 1928-1930) que en el segundo de sus mandatos sus colaboradores hacían un diario para él donde le decían que el país marchaba de maravillas y el tipo así se lo creía. Seguramente esta historia sea más folklórica para explicar el autismo propio del poder.
    De todas formas si Google (recordemos que es la misma empresa (no dije expresa, dije empresa) que se bajó los pantalones (por plata, ni siquiera por miedo) ante la dictadura china para que en sus buscadores no aparezca la palabra "Democracia") decía (perdón por el exceso de paréntesis) que si Google nos hace el diario de Irigoyen es también inevitable por el flujo de información que se maneja,,, entonces se le pide al intermediario (Google) que tenga un criterio más "humano" de dar la información. A mí esto me suena como que Irigoyen culpara a su secretario de no darle toda la información en vez de anular al intermediario y ver la realidad por sí mismo.

    (Continúa)

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  13. Podría decirse que es imposible para el ciudadano común no acceder para información mediante un intermediario. En un punto es cierto, pero la conciencia cívica, social y política no la afecta el intermediario.
    Según los medios oficiales de mi país (Argentina), todo va de maravillas, somos una isla en la crisis mundial y nuestro país es un ejemplo de derechos humanos, progresismo y libertad.
    Por otra parte, los medios opositores pintan una dictadura chavista donde cualquier acto contrario al gobierno es penado con la decapitación.
    Doy este ejemplo para indicar que un consumo responsable de la información supone entender de dónde viene; yo sé que el canal del estado nunca me va a hablar del hambre, la violencia policial y la inflación que asolan a la Argentina. Asimismo sé que el multimedios Clarín nunca me hablará de su colaboración con la dictadura del 76.

    Por más que seamos muy inocentes ya esta altura no podemos ignorar que detrás de toda información hay un poder. Y cuando digo esto no hablo de la paranoia de pensar que grupos de personas digitando todo lo que circula. Creo que este es uno de los puntos más interesantes, el poder acaba reproduciéndose en todos los actores casi de forma invisible. Los criterios del poder son asimilados por los individuos como algo natural... en este punto me parece un gran aporte el de Manu con respecto a la autocensura.

    Por ejemplo yo ahora abro mi Facebook (que no tengo, pero supongamos) no tengo un link hacia una última página de protestas por un pibe torturado en una comisaría. En tal caso yo no me voy a enterar del hecho (como ahora no nos estamos enterando de un montón de cosas) pero eso no hace que yo no sepa que en mi país la policía abusa y tortura. A veces se sobre-estima el poder de la información cuando creo que se transforma más en morbo que en información.

    Por eso yo creo que lo mejor es consumir los medios más penosamente binarios y sectarios (en mi caso local los medios estatales y los empresariales) y también toda esa gama de matices que existen, y tan enriquecedores son. De toda esa ensalada uno saca algo, alguna conclusión que como todas las conclusiones de las almas bellas no son eternas.

    No creo que haya libros prohibidos. Si en alguna que otra dictadura pero en general quizás sea una censura más proveniente del mercado que de una ideología. Cada vez más la literatura consumida es entretenimiento y autoayuda más que nada. Rubros que no denosto para nada (no me gusta el desdén hacia ninguna tinta, porque lo he sufrido y es muy miserable), pero es una realidad que están copando lo que la literatura ofrece al mercado.

    Aquí entramos en otro tema que ya no toco porque sería muy extenso pero ¿hasta qué punto el mercado impone y hasta qué punto el usuario pide esa imposición?,,, responde es de algún modo intentar medir hasta qué punto somos el mundo y hasta qué punto el mundo es nosotros.

    enorme abrazo desde el sur!
    Besos!

    Pd: Por favor, que el día de mañana cuando nuestros nietos nos pregunten por qué no hicimos la revolución no tengamos que responderles "busqué por todos lados, pero no encontré ese link".

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  14. Bueno, Juan, genial tu postdata...
    En cuanto al comentario, estamos de acuerdo en que la información siempre es parcial y pertenece a alguien, incluso cuando se trata de desinformación (hay una responsabilidad en no buscar la "verdad"). Tu ejemplo de Irigoyen, como el de la imprenta, remite a otros tiempos pero a los mismos valores, ya que el ser humano sigue siendo esencialmente el mismo. A mi entender la evolución del problema pasa por la autocensura, como dices, actualmente alentada por un sistema informático. En cuanto a "libros prohibidos", no pretendía ser literal sino metafórica, efectivamente no creo que la literatura esté en el punto de mira actual.
    Es un placer recibir tus entradas y reflexiones.
    Un fuerte abrazo desde el caos ibérico.

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