A veces ponemos hasta cinco lavadoras al día. Tal cual. Claro que con diez hijos eso es lo que hay. La casa, por ejemplo, es grande en consonancia, está llena de habitaciones y con las entradas y salidas de los chicos el embaldosado se llena de tierra del jardín. Como no consigue conservar el suelo limpio, la criada protesta.
También se queja del griterío. Dice que la volverán loca. Y conste que no consiento muchas trastadas a los niños, pero tampoco voy a tenerlos encadenados a los pobres. Digo yo que es lógico que suban en tromba las escaleras y que, pongamos por caso, al pasar choquen con alguna mesilla y tiren un jarrón al suelo. Pero si tiene que recoger cristales rotos, la chica clama al cielo.
Nuestro uso del baño es también fuente de problemas. Mis hijos juegan con todo, y salpican, pero ¿no es natural? La criada chilla (cuando no ulula desquiciada) si encuentra un grifo abierto. A mí me parece que exagera, pero no me enfrento a ella porque pienso que en realidad es un alma cándida. Lo que le falta es temple. No hay más que ver, por ejemplo, hasta qué punto la saca de quicio que se cuelen en la cocina y prueben a hurtadillas alguno de sus platos. Famoso es el día en que descubrió la marca del dedo de Javierito en el pastel; casi le dio un síncope.
Y es que el servicio ya no es lo que era. Tan es así que los señores de la casa están pensando seriamente en despedirla. Claro que ellos, aunque disimulan, nos conocen desde que entraron a vivir aquí, y ya se han familiarizado hasta con los pases de modelo que mi hija, la más pequeña, proyecta sobre brumas de cementerio en el espejo de su armario, transformándose en esqueleto pirata, jinete sin cabeza y novia cadáver.
Dedicado a mi querida amiga Rosana Felippo, con el simple propósito de hacerla sonreír.
Madre mía!!! No uno, ni dos, ni tres...Una familia entera de fantasmas, jaja.
ResponderEliminarSeguro que a Rosana le has hecho reir a carcajadas.
Besos desde el aire
Estoy seguro de que el propósito -ni mucho menos simple- de la dedicatoria ha sido conseguido. Al menos a mí me ha hecho sonreír. Ese pase de modelos final es sencillamente tegoguífico :-)
ResponderEliminarBesos.
Una historia divertida, muy bien escrita (como es habitual) y con ese cambio de registro al final que hiela la sonrisa. Me gustó mucho el tono empleado, y el ritmo que tiene la pieza.
ResponderEliminarAbrazos.
Ay Susana ¡qué buenísimo! Fantasmas con un toque de humor, ME ENCANTA. Perdona que chille en mayúsculas, es que no sabía cómo decirlo.
ResponderEliminarTodos los detalles toman sentido en el párrafo final y hasta entonces no sabemos que ninguno de los señores es el narrador... excelente manejo de la sorpresa, sí señora. Olé y olé, y besos muchos
lo conseguiste amiga, me reí mucho. Qué final!Gracias!
ResponderEliminarEstá genial la sorpresa del final que nos lleva a comenzar otra lectura para disfrutarlo mucho más.No sólo a mi hermana has hecho sonreír,pues también lograste hacerme brillar la mirada.
ResponderEliminar¡Deberé pensar dos veces antes de culpar a mis hijos por el desorden de su cuarto!
Cariños
Claudia
Divertida hasta lo hilarante, sólo al final logramos entender no por qué la criada no tiene temple, sino por qué el narrador tiene demasiado.
ResponderEliminarUn abrazo
Divertido y original minirelato.Aunque no como fantasma, me hiciste identificarme con la ampleada, con el ama de casa, con los niños... bien narrado, muy agradable de leer.
ResponderEliminarSaludos:
Tequila (lola)
Muy bueno, Susana, me ha encantado. Hay historias que uno lee sin voluntad de anticiparse, simplemente por el gusto que da dejarse llevar por una narración bien construida, en la que todo funciona a la perfección. Por eso el final se encaja con una mezcla de sorpresa, naturalidad y diversión que no suele ser fácil conseguir.
ResponderEliminarBesos
¡Jo, Susana! como dice un amigo al que quiero mucho: yo de mayor quiero escribir como tú. Es que mira que me has engañado, todo tan cotidiano, tan normalito, aunque esa frase: Lo que le falta es temple, me ha llamado la atención, pero como que bueno aquí me está narrando escenas domésticas la señora de la casa y no, ¡vaya qué no! Al final: ¡Sorpresa!
ResponderEliminarHas conseguido esas risas y no solo las de tu amiga.
Besitos
Divertido y tierno a partes iguales. Una belleza.
ResponderEliminarBesos fantasmales.
Muchas gracias, Rosa. Eso espero, es una buena amiga, como todos vosotros.
ResponderEliminar¿Tegoguífico? Pss. Gracias por tu sonrisa, Odys.
Rocío, me abrumas con tu entusiasmo y tu simpatía. Por cierto que un día tienes que contarme cómo alguien tan soriente y alegre como tú se dedica a "matar" niños... Gracias, un beso.
Rosana, Cariñón, ojalá sea cierto. No sé si los fantasmas te van, pero hice lo que pude. Te debía un abrazo microepistolar. Saludos porteños.
Claudia, ¡qué bueno! No, espero que no haya fantasmas en tu casa. Un abrazo fuerte.
Gracias, Gemma. Me gusta eso de tener temple. Aunque no sé si soportaría fantasmas. Un beso.
Lola Tequila, bienvenida y muchísimas gracias por tu lectura amable. Hasta pronto.
Jesus, tienes el don de levantarme el ego literario como nadie. Un millón de gracias, amigo.
Ups, Elysa, de lleno en mi corazoncito: conseguir tu sonrisa es otro lujo impagable. Muchísimas gracias.
Gracias, Lola, me alegra mucho tu comentario. Un abrazo.
Genial esta familia de fantasmas. Yo creo que daría juego para que iniciaras una serie desternillante de episodios.
ResponderEliminarAbrazos.
Curiosa familia de espectros, y con muy buen humor sin lugar a dudas, pena que la mucama no opine lo mismo,
ResponderEliminarun abrazo Susana, excelente construcción.
Menudo final a lo Tim Burton, me ha gustado mucho, me gustan las mezclas que haces de géneros, fantasmas con comedia, costumbrismo con terror simpático.
ResponderEliminarMuerte roja
ResponderEliminarTu propósito de hacer reír a tu amiga Rosana habrá surgido efecto, yo también me reído porque la historia es divertidisima con final inesperado, me ha encantado(Como siempre)
Besos Susana :)
Ricardo, tentadora propuesta. Un poquito de intrascendencia apetece de vez en cuando. Gracias por pasar.
ResponderEliminarEs una mucama sin sentido del humor, está claro. Muchas gracias por destacar la construcción, Juan, creo que es lo que sostiene este chistecillo. Un abrazo.
A mí lo que me gusta son tus definiciones, Manu, porque me ayudan a encontrar nuevas pautas. Mil gracias.
Me alegro muchísimo, Muerte Roja. Con el humor es difícil, a veces, conectar. Gracias y un beso.
jajaja muy divertido
ResponderEliminarSaludillos
Muy bueno, Susana, nos vas llevando de a poco al punto de quiebre, en el que desvendas la historia con maestría... es decir, me encantó. Ja.
ResponderEliminarBesos.
HD
Puck, gracias por las risas. Un abrazo.
ResponderEliminarMe encanta que te encante, Humberto. Mil gracias por pasar y un abrazo.
Por fin puedo comentar, es la tercera vez que entro y esta es la vencida.
ResponderEliminarEstupendo micro, entras en él familiarizada por los acontecimientos y sonríes, está muy logrado el humor como supongo es el objetivo, y una vez asumido el sorprendente final, disfrutas hasta con el pase de modelo.
Un abrazo.
Caramba, Isabel, muchas gracias por tu elaborado comentario y no digamos por el esfuerzo que ha supuesto dejarlo. A veces Blogger nos hace perder la paciencia, seguro que se pierde mucho por el camino. Un beso grande.
ResponderEliminar.
ResponderEliminarTINTA HÚMEDA
Viene tu aroma,
deja sobre mi rostro
un velo agridulce pegajoso
insolente
Tu imagen,
sentada frente a mi,
tiene el gesto blando
de un mito develado.
Dices que el amor
es un manjar que se fermenta,
quizás tengas razón.
¿Quién nos programó esta cita?
Anuar Bolaños.
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Hola Susana,
ResponderEliminaren mi blog usualmente publico minicuentos que son en realidad poemas que son cuento, un híbrido que he dado por llamar POETICUENTOS.
Actualmente hago una investigación al respecto.
Acá en mi ciudad Cali, tenemos una revista muy popular de micro-relatos.
Te incluyo el enlace:
http://e-kuoreo.blogspot.com/
Seguimeos hblando, ok?
Volví Susana. Con los últimos cuentos que te he leído estoy pasando de Poe a Orwell a Wells a Wilde. Claro está, cada lector arma su cartografía. Sólo digo que es bueno tener relatos así, como este de 'Cómo está el servicio' Hasta volví a releer una parte cuando llegué a lo de los señores de la casa y el despido, pues me dije "¿cómo, no pues era ella la señora de la casa, quien narra la historia? En ese momento pensé que era un descaro de una criada con sus hijos contra otra criada que los cuida y se siente indignada por ello, pero luego, al seguir leyendo me encuentro con la realidad de esa casa. Genial por los fantasmas.
ResponderEliminarGracias por las referencias, Anuar. Seguimos en contacto.
ResponderEliminarEskimal, muchas gracias por tu lectura. La idea era engañar al lector, por supuesto, así que me alegra lo que me cuentas... Un saludo fantasmal.