Esbeltas, livianas y rutilantes, se
precipitan en una carrera que se desviven por ganar. Un fondo de aplausos las
envuelve. Nadie les garantiza el futuro, aunque probablemente esperan tener
éxito. Me han tomado mucha ventaja, pero yo sé que ser redondita y cachazuda
tiene su propio premio. Simplemente porque estoy siendo observada por ti. Soy
todo tu mundo en este instante: un mundo esférico de gota transparente,
tranquilamente aposentada en tu ventana.
Dedicado a mi amigo Javier Ximens (intentando comprar su benevolencia, jeje). Con un beso.
Lo que enchaba de menos yo tus micros de los martes, y el de hoy dedicado al gran Ximens, me ha gustado mucho. A mí las gotas me gustan mucho, esas que son rutilantes, hermosas y livianas, eternas. Un beso Susana, y Ximens (intentando comprar también su benevolencia).
ResponderEliminarMe gustó mucho, Susana. Podría ser toda una declaración de intenciones. El detalle de esa gota gruesa que, efímera, resbala y casi se hace eterna. Un placer pasar por aquí.
ResponderEliminarAbrazos.
Me vino a la cabeza el texto "Aplastamiento de las gotas" del gran Julio. Eso es bueno, ¿no? Yo también he jugado en alguna ocasión a seguir el recorrido de una gota por la ventana. Bona diada i una abraçada.
ResponderEliminarMe gusta mucho, Susana, un micro existencial surgido de una escena tan sencilla, tan cotidiana. Trascender lo obvio.
ResponderEliminarBesos grandes!
Me encanta eso de ser redondita y cachazuda y, al tiempo, ser tan tierno todo. Me gusta como de algo tan pequeño y breve has sacado y nos has contado una historia tan redonda.
ResponderEliminarUn placer, gracias.
Y un beso
Hum... ¿Comprar mi benevolencia? ¿Soy severo?
ResponderEliminarTu relato de hoy me muestra un llorar de lluvia en la ventana, con esas gotas espermatozoides corriendo al óvulo, con una gota más lenta que permite distorsionar la luz y dar belleza a la luz: engendrar. También a las personas normales (redonditas y cachazudas) que casi nunca son personajes de cuentos. Para mí que estas hablando del sentirse amada y quizás admirada: Me inclino por el amor de un hijo que nadie puede competir con su madre.
En fin, Susana, que me ha gustado por hacerme pensar en que hay más allá de lo dicho.
Solo por esta vez, jeje.
Gracias por dedicarme el relato, lo pondré en mi ventana.
P.D.- Me haces pensar si al ser yo un mal escritor debo tomar la senda de la crítica (jeje).
Nada, que no nos entendemos...
EliminarCon "comprar tu benevolencia" me refería a que esperaba llegarte con este micro. La semana pasada me preguntaste si no se podía escribir más fácil, y como soy propensa a oscurecer y complicar el micro, me fui a buscar uno de hace un par de años (juro que no hay alusiones personales, ni hijos, y tampoco otoño, sorry, es de otra época) que me pareció bastante claro. Y me dije: éste gustará más.
Aquí pretendo decir que las gotas que caen estilizadas (cual competitivas modelos) no son más importantes que la que se detuvo en el alféizar (común y corriente, y no competitiva), y que el lector-observador la convierte en todo su mundo durante el instante en que la mira. Lo escribí un día de lluvia, sin más vueltas.
Gracias y disculpa si levanté suspicacias con la dedicatoria, no era mi intención. Creo que el punto de cocción ideal de un micro, a medio camino entre elipsis y claridad, es un tema que da mucho de sí. Igual nos animamos un día, ¿no?
Quizás no he sabido yo expresar la sonrisa que me sacaste al pedir ser benevolente (jeje). Creí que te referías a que soy muy exigente. Todo aclarado, es el problema de no vernos las caras y las sonrisas. Para mi es un honor que me dediques el micro. Está claro que una cosa es la que escribe el autor y otra (miles) las que interpreta el lector. Mi problema radica en que me da rabia no entender los relatos, me hace pensar que soy bruto. El tema que planteas de la cocción ideal claro que da mucho de sí y siempre existirán tantos puntos como lectores. En fin, Susana, que gracias por acordarte mi.
EliminarMuchas gracias, Javier. Es verdad que nos vendría bien una webcam, o al menos más reuniones de microrrelatistas para tratarnos en persona. Yo falté a la última en Madrid y me quedé con las ganas de conocerte. En cuanto a los relatos, estamos igual, también me da rabia no entenderlos y no hacerme entender, por eso le doy tantas vueltas al asunto y me ayuda tu opinión, ya te lo dije una vez en un mail. Besos
EliminarYo te aplaudo Susana, es un relato precioso que quien sepa descifrarlo, - yo no - podrá leer entre lineas...
ResponderEliminarUn besote :)
Me encanta..la cachazuda es feliz!! Romadrina
ResponderEliminarBuena pieza, Susana. No hay compentencia (ni deslealtad que valga) contra la perfección de la redondez. Y ya no digamos su frescura.
ResponderEliminarAbrazos (de recién aparecida)
Bonito relato Susana, aunque la foto ya me predispuso para ir mirando con buenos ojos esas gotitas que van resvalando cristal abajo. Qué curioso, qué ganas de cargarnos ya todos el verano. Yo desde Canarias poco experimento estas brusquedades, pero tu micro me sabe a otoño y me huele a tierra mojada. Y sus gotitas soj variadas y caprichosas, y a las que se duermen...llegan las más apresuradas y las empujan para que lleguen.
ResponderEliminar¿Tú ves? las tuyas compiten inutilmente, el premio es para todas, las mías se ayudan y comparten.
Leerte es algo especialmente bonito.
Un beso.
Cuántas veces la vida se paraliza observando el recorrido de las gotas de lluvia sobre el cristal, esos momentos parecen eternos, las manecillas del reloj se detienen, al menos para nosotros, los observadores.
EliminarUn saludo indio
Mitakuuye oyasin
Un texto de los que me gustan, esos que nacen (o se generan) de una simple imagen a la cual estamos acostumbrados, pero dándole otro vuelo.
ResponderEliminarTal vez la foto me dejó sin enigma a resolver, aunque nadie dice que tenga que existir uno, ¿no?
Me imagino que Ximens no te habrá inspirado lo de 'gordita y cachazuda.
Un beso.
HD
Mis palabras se deslizan, se agolpan, se unen, se hacen grandes y siguen tropezando las unas con las otras, en ese torpe intento que tiene mi lengua por deslizarse. Tal vez sea la ebriedad de un texto, tal vez sea una gota de locura... o dos, o tres.
ResponderEliminarBuen micro. Una perta.
Que buen micro. De chico, aburrido en el auto, alguna vez jugué a las carreras de gotitas. :)
ResponderEliminarEs lindo, tierno y sorpresivo.
ResponderEliminarAbrazos.
Me parece fantástica, Susana, al decir de Lagmanovich, la posición transgenérica de este micro en cuánto a su virtualidad narrativa, porque con un juego de imágenes sencillas, habituales, nos hace transitar por nuestro interior, buscando las razones y los absurdos de la competitividad.
ResponderEliminarConociendo, como conozco, a Ximens, lo imagino ahora todo ufano con esta dedicatoria.
Un abrazo,
Chivato envidioso (jeje)
EliminarSusana, a mí me gustan estos temas nimios e insignificantes en un primer momento, pero que de repente se transforman en todo un relato. Sólo las personas muy observadoras pueden escribir semejantes proezas. Es encantador ver las gotas resbalar por un cristal en un día de lluvia, y ...si lloras a la vez ...es como un éxtasis que conjuga melancolía, ternura y otoño.
ResponderEliminarY fíjate que no he dicho "tristeza" porque a veces no hay por qué llorar por algo que duele, también se puede hacer ...leyendo tus letras ilustradas con una ventana en un día de mucha lluvia.....
No, no había pillado lo de Ximens...¡pensé que le tirabas los trastos! já,já ...
Besos en tu cristal (si te fijas : la gota gordita se ha salvado de mis labios).
Susana, con qué sutileza -quevediana- llamas a Javier redondito y cachazudo. Yo no me atrevería a tanto, sé de buena tinta que es capaz de imprimir en un botijo.
ResponderEliminarBueno, me resulta interesante tener a Ximens entretenido, a ver si así deja que los demás ganemos algún concurso, ya que de otra forma, como bien titulas, la competencia es inútil.
Abrazos para ambos
Qué malo eres, Arte Pun...
EliminarJi, je je.
EliminarSólo tengo este instante en el que te leo y me sorprendo porque la forma en la que escribes es una fuerza personal.
ResponderEliminarPrecioso Micro.
Un beso
Muchísimas gracias a todos por la generosidad de vuestros comentarios. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarQue hermosa dedicatoria Susana, no queda mucho que decir y aunque es viernes, tarde como últimamente, me encanta leerte.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Las gotas en los cristales siempre son meláncolicas. Por mucho que tengan un fondo de colores, o una música de carnaval. A mí me ponen tonto, pero tonto por dentro. Tu texto lo ha hecho, Susana.
ResponderEliminarUn abrazo, o más.
Me encanta!!! Todos somos un poco gotas de agua. Todos iguales, más o menos estilizados o redondos, y soñando con ser únicos para alguien.
ResponderEliminarSaludillos
¡Qué bonito canto a la libertad, a ser diferente, al orgullo de serlo, a poder mirar y admirar esa gota de agua en el cristal!
ResponderEliminarPrecioso.
Abrazos tantos como gotas de lluvia.
Gracias ROSA, MIGUELÁNGEL, PUCK, LOLA, por pasar y comentar. Besos.
ResponderEliminar¡Ja! Con qué Ximens y tú estáis en contacto electrónico, ¡vaya, vaya!
ResponderEliminarBueno, que me despisto del tema. Este micro es un “encanto”. Muy bonita esa manera como consigues que me quede detenida en esa gota cachazuda y redondita, ¡cómo me gustan estas palabras dentro de este texto! No sé, quizás debería provocarme melancolía, pero me dejo llevar por la alegría de esa gota sin más. ¡Ves, Susana, por la alegría de estos momentos merece la pena leer tus esfuerzos para escribirlos!
Besitos
Está genial Susana. Y la unión entre la gota y quien la observa resbalar por la ventana, quizá de un auto, quizá un niño. Dar conciencia de ese momento es decir que importa igual como ponerse el cinturón o hacer la tarea.
ResponderEliminarFui directo al texto sin mirar la imagen.
ResponderEliminarLeerte creó en mi mente, al inicio, el absurdo mundo de modelos esqueléticas que nos vende (para mal) la televisión, y mi predilección por el triunfo de la imagen humana real por sobre la perfecta.
Luego, el texto mostró su hilacha con las gotas, y no pude dejar de sonreír al ver la similitud de ambas historias generadas en mi mente a partir de tus letras.
No sé si lo buscaste o no. Pero tal resultado me encantó.
¡Te felicito!