Llaman a la mesa pero no importa,
aún tengo tiempo para la última réplica. Maldición: el Anfitobeum la ha
previsto, alza las alas y escupe un rayo de fuego. Me queda un Ataque Agua.
Disparo y el chorro entra por sus fauces. Cae de espaldas, fulminado. Humea,
intenta levantarse. Dicen que estoy muy mayor para jugar a esto pero oigo ‘¡estamina
baja!’ y no puedo dejarlo, tengo que hacer un último esfuerzo para pasar de
nivel. Activo el Bono Estamina que he ganado con el impacto y un rugido l.000
decibelios rompe sus tímpanos alienígenas y me coloca tres estrellas en el
vértice, y una vida.
La consola vibra, una gran onda
expansiva incinera la pantalla y alguien dice a lavarse las manos,
a comer. ¡Maldita sea!, hay Partida Nueva y un Mentoniak salta a la
arena, furioso. Imposible dejarlo ahora. Es un Mentoniak Blue y avanza decidido
hacia mí. Sé que tiene una Burbuja Eléctrica; si me adelanto, aún puedo
interceptarla.
El Mentoniak levanta la cola de
escorpión y por una fracción de segundo sé que debo empuñar el escudo, pero la
tercera llamada a la mesa me distrae, titubeo y no lanzo el ataque.
Mi perdición. Culebrea a una velocidad
de mil demonios y con su alfange de escorpión me cercena la cabeza a la altura
de los cuernos. Noto cómo el cerebro me salta por los aires, me estalla el
pecho y mi sangre verde salpica alrededor mientras un tintineo de fondo
proclama que los puntos se acumulan fatalmente en el marcador contrario.
Para David (que siempre cena).
Cómo se nota que tienes hijos, que procuras estar lo más cerca, y a su altura. Cómo dominas el lenguaje, también, de consolas y demás. Y cómo se nota que David cena bien, para que le hayas dedicado tan estupendo y originalísimo micro, Susana.
ResponderEliminarUn beso, y un besito, esta vez.
Así contado, no me extraña que a los chicos les escanten las consolas, y a nosotros evidentemente. Está genialmente contado, no le falta ni un detalle y espero que David esté contento.
ResponderEliminarPor un momento creí que el joven jugador había recibido una colleja -no menos real- como advertencia...
ResponderEliminarUn abrazo
¡Fantástico, Susana!
ResponderEliminarMás allá de cualquier otra consideración, imagino la felicidad de David al leer este micro. Puedo verle pasear con orgullo enseñando su folio impreso a sus amigos. ¡Qué bueno!
Me admira cómo has conseguido que el pulso narrativo de este micro acelere el pulso de sus lectores a medida que transitan por el texto; que la pericia con que colocas el lenguaje connotativo nos haga sentir cómo se acelera nuestro corazón con la ansiedad por ganar la partida.
Aquí, avec nous, confesaré que -si cambiamos consola por pc y lucha por lectura- a mí también me llegan amenazas de quedarme sin cena muchas veces.
Un abrazo,
Mi hijo igual, pero sin consola... le llamas para cualquier cosa y sigue con la batalla que tenga organizada con sus juguetes... viva la imaginación!!!
ResponderEliminarUn abrazo
¡Qué bueno! El mío todavía no tiene consola, se la estoy retrasando... aunque ya todos sus amiguitos la tienen. A ver cuanto aguanta sin ella :-)
ResponderEliminarGenial como utilizas el lenguaje y te pones en la piel del niño. Felicidades a David por cenar siempre bien, y por la estupenda escritora que tiene de madre.
Besos.
Hola Susana, cómo te gustan los bichos, los manejas con maestría. A mí me ha recordado tu "Encomienda" y he tenido que ir a buscarla, estaba en mi mente pero no tan clara: "Construiré el primer bestiario de las Américas, catálogo de monstruos y prodigios, zoología para locos y valientes", lo llevas en la sangre.
ResponderEliminarCuando yo hago la cena, no me gusta que se enfríe la comida en el plato, en cambio, me pasa como a Pedro cuando me llaman.
Besos
¡Qué genialidad lo tuyo Su! Realmente has logrado meterme en el juego.Pensar que cuando los veo jugar a mis hijos no me siento atraída como ellos y me enfado porque la comida se enfría,jajaja. Creo que las madres hablamos el mismo idioma.Vos me entendés...
ResponderEliminarUn abrazo gigante
Claudia Beatriz
Menuda batalla!!!!
ResponderEliminarEsta ha sido de las mejores eh!
Me encantan verlos jugar, porque lo viven como si fuesen tan reales como ellos mismos. Que bueno este don de la imaginación...
Besitos ;)
Nieves, no consigo comentar en tu blog. Me ha devuelto ya tres comentarios, y el mail tampoco me deja decírtelo en privado. En fin, si me lees, dime qué puedo hacer. Besos
EliminarEs que en esos momentos tan dramáticos, se juega la vida el niño, una cena es de lo más vulgar.
ResponderEliminarEn mi época, pasaba con el fútbol, mi madre salía cada 5 minutos a gritarme, mientras yo en la calle no podía dejar a mi equipo con un jugador menos.
Un fuerte abrazo, Susana.
HD
Una delicia de texto, Susana. Para disfrutar. Enhorabuena, subes de nivel!
ResponderEliminarAbrazos.
MIGUELÁNGEL, LUISA, GEMMA, PEDRO, ANITA, SARA, ARTE PUN, CLAUDIA, NIEVES, HUMBERTO y DAVID, muchas gracias por dejar opiniones tan positivas de un texto modesto y familiar. Mi hijo, por cierto, ha estado muy contento. (Ahora le debo uno a Anna.) Besos per tutti.
ResponderEliminarMe parece una pieza en la que se trabaja con precisión la intromisión en ese mundo fantástico, y tan real al mismo tiempo. No es fácil, requiere habilidad y manejo de la palabra. Uno no siempre está dispuesto a dejar su mundo a un lado, y lo consigues, vaya, si lo consigues.
ResponderEliminarAbrazos.
Soy un analfabeto de ese tipo de personajes y juegos. Nunca he manejado una consola... Es que es mucha ignorancia, nunca me gustaron los comics, ni la ciencia ficción... Un desastre. Me gusta, sin embargo, eso de "¡A comer!". Es que hay que comer todos juntos a una hora y si se puede cenar, también. Comer todos juntos es una oportunidad de hablar... Yo tengo amigos que nunca han habado con sus hijos, porque cada uno comía a la hora que le daba la gana... A lo mejor es una manía, pero yo creo que la hora de comer o de cenar juntos debería ser sagrada. Perdóname Susana por la digresión... Un abarazo
ResponderEliminarQue bonito y propio Susana!
ResponderEliminarDavid y Anna pueden estar contentos de tener una madre como tu ,a su lado
Soplando nubes!a toda máquina!
Muchas gracias AGUS, LUCAS, JUAN y BOLI por sacar lo mejor de este texto anecdótico (pero casi real, como la vida misma). Un placer contar con vuestra lectura y compañía.
ResponderEliminarMis hijos son consoleros como yo les llamo pero eso de ¡A comer!
ResponderEliminarles hace saltar de la butaca ¿Será que soy buena cocinera?
Lo has bordado Susana.
Besos desde el aire
Fantástico cómo has conseguido la voz infantil y, sobre todo, su ilusión con el juego. Me ha gustado muchísimo. Y eso que no soy de consolas.
ResponderEliminarAbrazos marcianos.
Como padre de niños en edades similares a la del protagonista, completamente identificado.
ResponderEliminarMe encantó.
¡Saludos!
Aunque tarde... debo decir que me ha gustado el título y me ha echo llegar para encontrarme con este micro fantástico.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, mucho... pero, sin peros.
Un abrazo.
Aunque más tarde aún que Fernando, no solo el título es interesante.
ResponderEliminar¿No serás tú la que juegas?
Tienes mucho dominio de nombres y armas de esos bichos.
A mí nunca me atrajeron, aunque recuerdo la época del Commodore y posteriores armatrostes a los que siempre les di de lado. Ahora veo a mi hija coger nervios y aunque me invita...no me engancha.
Me gustó mucho el dominio y dinamismo con el que lo has contado.
Un abrazo.
¡Qué ritmazo! Seguro que se ha zampado la cena en un segundo.
ResponderEliminarBesos.
La releche, a este todavía no he jugado. Me lo apunto, Marabunto.
ResponderEliminar¿Tienes Wii?
ROSA, LOLA, JUANITO, FERNANDO, ENMASCARADO, ISABEL, ODYS: muchas gracias por pasar a jugar. Besos
ResponderEliminarSusana, creo que me has recordado mi época de videojuegos, por allá entre los 12 y 18 años (Bueno, lo confieso, aún los juego) Supongo tendrás hijos con su consola de Wii o XBOX, esa nueva tecnología que a veces nos crea un universo harto más complejo que cuando los video juegos sólo era eliminar al jefe y rescatar a la princesa. Si analizas, hay algo más en ellos ahora (además de esa industria monstruosa) Son de mayor dificultad en estrategia, así sea un simple Shooter, je, y con tramas más extensas, de gran dificultad. Cómprale a tu hijo, si es pequeño, los juegos de Zelda, son más tranquilos y muy entretenidos. Abrazos.
ResponderEliminarJeje, que bien reflejas la realidad playstasiana. Tres hijos he criado y he vivido eso... me refiero a estar enganchado (YO) a los juegos de ordenador y oír a mi mujer llamar a cenar. Te doy un "bonus".
ResponderEliminarJajaja, no he sido de videojuegos y a Eli no le van. Pero mes hecho reír con ttu pericia para describir al jugador. Muy visual la escena.
ResponderEliminar¡enhorabuena a David!
Besitos
¡Gracias ESKIMAL, XIMENS, ELYSA!
ResponderEliminar