Todas las
tardes, a las tres, se levanta un viento tan intenso que los practicantes de la
escuela de windsurf abandonan las tablas. Es el momento en que Johny se ciñe el
arnés. Su vela amarilla y transparente corta el aire y se desliza por la arena
hasta el agua. Los demás lo ven partir desde la orilla. Johny traslucha sin esfuerzo. Vientos de 40 nudos. Nadie le sigue. Ni un compañero curtido. Las olas
se abren con ruido de cremallera, pero él sólo oye el sabor del mar.
Es dura su embestida: Johny flexiona la pierna de popa y sostiene la botavara
con los brazos tendidos, como si quisiera abrazarlo, la vista al cielo. Como si
aceptara una cruz imaginaria. Ni siquiera nota sus reveses y salpicaduras, ni
los bocados con que amenaza tragarle. Dicen que perdió a un hijo
adolescente. La cara quemada por el sol, los ojos claros, busca el alma que se
le escapa en su huida al más allá, infinitamente agazapada tras la línea del
horizonte.
Perder a un hijo es algo que te mata por dentro. No me extraña que salga a buscarle o a buscar la muerte para encontrarle.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Buscar la muerte de la misma manera en que ésta encontró a su hijo, en el mar, resulta de lo más romántico. De todas formas, creo que este hombre tiene alma de marinero y no de surfero.
ResponderEliminarUn abrazo.
Susana, algunas veces la respuesta está en la lejanía, en la linea abstracta del horizonte. Algunas veces la desesperación te lleva a ese mar, y creo que Johny reta cada día a la muerte, disfrazada de ola, que le arrebató a su hijo. Me ha gustado esa imagen de la cruz, ese camino al Gólgota entre las olas. He sentido el ruido de cremallera.
ResponderEliminarUna abrazo
¿Nos vemos el 26 en La Microbiblioteca?
Me gusta esa frase del Gólgota, Xavier. Gracias.
EliminarNos vemos, desde luego. Un fuerte abrazo.
Susana, con este relato nos llevas lentamente a un éxtasis lírico casi sin darnos cuenta. "Las olas se abren con ruido de cremallera, pero él sólo oye el sabor del mar", para al final descubrir cuál es la cita, esa que Johny anhela alcanzar. Da gusto ser martes.
ResponderEliminarNo me puedo imaginar qué puede significar ver/sentir perder un hijo, y no creo que nadie pueda; pero... si algo me imaginaba, es muy parecido a lo que nos has contado tú, magistralmente escrito y descrito. Si, si la pienso un poco, ha de ser tan doloroso y extremo como lo que has contado tú.
ResponderEliminarY el titulo: La cita
(como si cada tarde se enfrentase con el dolor, con el miedo y el peligro, todo en un instante)
Un beso, un texto muy bello.
Una vez leí que se puede entender qué es perder un hijo, pero jamás se llega a saber de verdad qué es lo que se siente si no te ha pasado. Quizá lo más cercano sea lo que le pasa a tu protagonista, como una sensación de huida hacia adelante, hacia el horizonte, hacia ninguna parte. Besos.
ResponderEliminarSusana, me gustó el relato.
ResponderEliminarDiría que la cita es consigo mismo, y el único momento que tiene de descanso es su encuentro con el mar, pero no cualquier mar, uno que como bien has decrito le permita no pensar más allá de la próxima ola, de la próxima embestida. Su cruz, sólo es imaginaria desde fuera, ya le gustaría.
Muchas gracias por el deleite. Besos
Siempre algo nuestro muere con lo que muere alrededor; pero sin lugar a dudas la pérdida de un hijo resulta incomparable a cualquier otra porque además del dolor se agrega el desconcierto existencial de que la semilla caíga antes que los troncos.
ResponderEliminarMe encantó la imagen de las olas sonando como cremalleras. Es muy personal, original. Y de algún modo es cierto, el mar suena así cuando estás en él. Por otro lado también me gustó mucho el lenguaje utilizado, es decir le otorga al texto una verosimilitud interesantísima.
Además todo lo referente al mar contiene un sublenguaje propio muy particular. Hace poco leí "Los viajes de Gulliver" y lo tuve que hacer con un diccionario en la mano, ;-).
Bueno, un enorme abrazo hasta Barcelona y me alegro mucho de todavía no haber visto por aquí una entrada de ese proyecto Celcius. Sabés que estoy sorprendido de lo mal que me cae esa iniciativa (ni siquiera pude comentar, jaja),,, realmente me gustaría saber tu opinión, yo nunca estoy seguro de las mías y tu mirada es una de las que más respeto en este mundo micro.
Besos hasta Barcelona.
No estoy respondiendo a todas las entradas por falta de tiempo, pero no puedo dejar de entrar al trapo con las preguntas...
EliminarJuan, me sorprende tu rechazo a la propuesta Celsius, ¿por qué? Creo que es francamente difícil captar la esencia de una obra clásica en un microrrelato, y por tanto, un buen reto, que están recogiendo (como guante en duelo) los mejores de la blogosfera. Me merece mucho respeto, simplemente. Aunque si me preguntas por qué no he dejado comentarios, ¡uf!, es que no los estoy dejando en ninguna parte, Juan, ni en Celsius ni en nada, estoy centrifugá con mil temas y ahogándome en un vaso de agua... así que no me hagas mucho caso.
Muchísimas gracias por tu opinión sobre mi entrada de hoy y un fuerte abrazo, así de grande, superpatagónico como vossssssss.
Si, es hermoso lo que decís. Tanto que tropieza con las dificultades de una pupila (en este caso la mía); nos guste o no las pupilas prontamente conocen el límite de su ruedo. En mi caso me gana cierto cansancio que tengo con los "fundamentalistas de la brevedad",,, en realidad también sería un aburrimiento de todo exceso en defender una estética, sea cual sea.
EliminarEn este punto creo que el microrrelato como género exclusivo de la literatura le produciría un daño profundo a la misma. Mucho más si se toma la licencia de abordar obras "macro" y extraer el alma de las mismas... ¿qué es esto del alma de un texto?, ver el alma de un texto en su resumen, en llegar al caracú del argumento no me parece una postura sensible. No puedo despegarme de la sensación que esto es otro paso que convierte al microrrelato en un género símbolo del vaciamiento de contenido, de la velocidad indolente del mundo actual.
Sería interesante que en lugar de convertirse en un colador (tamizador) de la literatura el micro pueda encontrar su propio camino lejos del efecto y las necesidades comerciales.
Por supuesto, es una materia de lo más opinable y lo mío no es para nada una acusación a los participantes y/o promotores del proyecto (amo la libertad). Y mi no comentar no es por "violencia" sino que lo sostengo el comentario debe aportar luz sobre el texto primigenio. Entonces cuando siento que no puedo aportar dicha luz escojo el silencio.
De todas formas es un tema que me iré pensando y lo más probable (ojalá que así sea) iré cambiando de opinión según pasa el tiempo.
Tu pupila me ha sembrado buenas dudas.
Gracias.
...Y por lo de ahogarse en un vaso de agua no te preocupes,,, soy un experto en esos menesteres, jajaja.
Abrazos fuertes.
"...lleva en su pecho una herida. Busca la muerte".
ResponderEliminarTal vez en su intento de encontrar la cercanía con el alma de su hijo, tienta a la suerte con el peligro. Deben ser situaciones en las que el golpe que recibes te desencaja tanto que poco importa la cordura. Cuando la depresión te puede, la vida se ve en escala de grises.
Hoy mezclaste duro romanticismo con un brillante manejo fotográfico de saltos de olas. Los dos manejados a la perfección.
Un beso
Perder un hijo, el más espantoso de los tormentos. Tu prosa, siempre impecable, dice con maestría ese dolor indecible.
ResponderEliminarBravo, Susana!!!
De sólo pensar en que la realidad me castigara con una tragedia así, me bastaría con sólo una cita para encontrarme con mi hijo, ir más de una vez significaría eternizar el dolor. Soy de soluciones definitivas.
ResponderEliminarUn texto que me metió en la historia, me dolió.
Un beso enorme.
HD
Creo que la naturaleza del mar se asemeja más a su fiereza, y que en este caso es el reflejo del dolor del protagonista. Otra muestra más de tu variedad de registros. Siempre certera.
ResponderEliminarAbrazos.
Quienes tenemos el mar metido en la vida sabemos que siempre se ofrece para ser la puerta dque traspasar para enterrar la tristeza.
ResponderEliminarEste micro no sólo es tremendamente visual, Susana, sino que además ataca todos los sentidos, dejando en el lector el sabor del mar en la boca; ese que se parece tanto al de las lágrimas.
Un abrazo.
Cambiaría el orden de dos frases, porque tal y como están dispuestas -...como si quisiera abrazarlo, la vista al cielo.- me lleva a la confusión, parece que quiere decir como si quisiera abrazar el mar, cuando lo que quisiera abrazar es el cielo: ...la vista al cielo, como si quisiera abrazarlo.
ResponderEliminarOm mani padme, ommmmmm...
La mar, a mi me gusta pensarla en femenino, es especialmente receptiva a las huidas y a las pérdidas. Su naturaleza traicionera (no es por eso que la siento femenina, ¿eh?) fiera...
ResponderEliminarMe gusta oír el sabor del mar. Me gustó la cruz en la botavara y ese agazaparse infinitamente tras el horizonte. No me pareció contemplativo, ni tan siquiera explicativo el detalle de la pérdida del adolescente. Sí importante. Y por eso me gustó, porque es una pincelada casi caída sin querer pero que da sentido y lo centra todo en esa mar.
Abrazos
Ese ir a buscar a su hijo a través del mar ya es de un poesía impresionante, Susana. Y de algunas expresiones, ya ni te cuento. Doy por hecho que el hijo murió en el mar. Y que él cada día se enfrenta a esa fuerza que se lo arrebató. Me da la sensación de que pide explicaciones al mar, al cielo. Y le pide que si no tienen intención de devolverlo, él se rinde para que lo lleven junto a él. Pero, es llegado a este punto, donde me despista lo del arnés.
ResponderEliminarMe gusta tu elegancia, ya te lo he dicho.
Un abrazo, Susana
Muy bueno, Susana. Aunque es algo común, no vi venir ese final... tan metido estaba en el sabor del mar y la fuerza del viento.
ResponderEliminarSaludos
Cabalgar las olas hasta el último aliento!!!
ResponderEliminarEso es libertaaaaaaaad!!!
Un abrazo fuerte Susana :)
Bravo Susana!
ResponderEliminarParece que estoy con Jhony,surcando las olas,muy gráfico y precioso
Se lo he leído a mis amigos,y se extasían..
Ya soy asidua de tus martes
Muchísimas gracias a todos, ROSA, ADRIÁN, XAVIER, XIMENS, LUISA, MANU, ARTE PUN, JUAN, ENMASCARADO, PATRICIA, HUMBERTO, AGUS, PEDRO, ODYS, XESC, MIGUELÁNGEL, LUCAS, NIEVES y BOLI por vuestra lectura y comentario, me alegra que hayamos salido juntos a surcar el mar... Y especialmente, gracias por comentar en este blog a pesar de mi ausencia en muchos de los vuestros por falta de tiempo, que no de ganas, como podéis ir viendo por mi paso rezagado pero constante, con lecturas silenciosas pero ininterrumpidas. Un beso muy grande, hasta pronto.
ResponderEliminarQué cuento tan bien armado, Susana. Hay gente así, que por razones diversas, sólo esperan coger la gran ola. ¿Cómo sabes tanto de velas ode esos artefactos? Te iba a poner aquel final del cuento de la Shua: o encontramos un diccionario o nos vamos a pique... pero luego me di cuenta de que el cuento iba en serio.
ResponderEliminarHola Susana:
ResponderEliminarMe gusta mucho tu micro, el nuevo significado que adquiere una pasión cuando la tragedia deja rastro de su paso. Se siente muy cerca, con imágenes muy logradas. Creo que Alberto tiene razón en lo que te dice en cuanto a comprensión, claro que puede que dudes porque la frase pierde en belleza y tal vez no sea tan importante saber si abraza al mar o al cielo, ambos funcionan como metáfora de la muerte.
Por otro lado, tienes dos "corta" en frases muy próximas, referidos al viento y las olas.
Y, para terminar, creo que la explicación de la muerte del hijo podría evitarse. Mi impresión es que si consiguieras que esa muerte fuera una conclusión del lector antes que una pista descifradora el micro mejoraría mucho, más aún.
Un abrazo grande, nos vemos mañana.
Muchas gracias, JUAN y JESUS, por vuestras palabras.
ResponderEliminarYa he cambiado los dos "cortar" demasiado próximos que me habían indicado DAVID (ayer en correo privado) y JESUS. En los matices no estamos tan de acuerdo...
Este micro, salpicado de imágenes muy bellas de libertad, contiene la esencia de la desesperación y la búsqueda de una salida al dolor. Me gustaron mucho esas olas abriéndose como ruido de cremallera.
ResponderEliminarAbrazos al viento.
No te voy a decir que me gusta porque ya lo sabes. Solo puedo decirte que cada palabra, cada frase ha dejado un rastro de mar y lágrimas. Una manera de expresar un dolor inimaginable y Jonhy tiene un mar a quién reclamar y suplicar.
ResponderEliminarEspero que disfrutes mañana en la Biblioteca. Pasalo bien.
Besitos
El mar, es quizá, la búsqueda misma de su hijo, quizá así lo siente de nuevo. No sé qué es perder un hijo pues no tengo uno aún (espero todavía estar un tiempo así) pero nuestros muertos, nuestra familia, habrá que sentirla de esta manera: aferrándonos a la poesía, que está en todos lados. Lo de las olas "con ruido de cremallera" No lo había pensado, genial. Habrá que escribir algo sobre el mar, quizá, por lo que he leído, es nuestro Caronte. Abrazos Susana.
ResponderEliminarMuchas gracias LOLA, "la esencia de la desesperación" es lo que me gustaría haber alcanzado; y también la idea de reclamar, ELYSA. Sí, seguramente la poesía es el lenguaje de la muerte, ESKIMAL, no lo había pensado. Un fuerte abrazo a los tres.
ResponderEliminarSusana, el micro es excelente, y me ha sorprendido como describes las maniobras y las sensaciones que se tienen sobre una tabla de windsurf, porque son así.
ResponderEliminarAhora hace tiempo que no entro al agua, pero si hubiera tenido que describir lo que sentía (no con vientos de 40 nudos, por supuesto) cuando lo hacía no lo hubiera hecho mejor.
Y para colmo encierra una historia (cómo todo buen micro) que te hace sentir.
Felicidades!
Joder(perdón pero es lo que me sale), me gusta mucho este micro, todas las descripciones marineras nos distraen para luego dejarnos caer de golpe con la imagen final y la huida/búsqueda del protagonista.
ResponderEliminarBesico
Llego tarde, perdón.
ResponderEliminarLo he leído varias veces en varios días, y no creo que pueda aportar mucho. Hay una extraña cadencia en la construcción -o eso me ha parecido-, con frases afirmativas y negativas que creo que acompaña perfectamente a la situación que nos dibujas, de rabia, de ilusión, de venganza, de desquite... Por otro lado, y en un plano más amplio, creo que el conjunto logra que el lector se vea inmerso de una forma muy personal en ese trance personal que es, a la vez, lógico e incomprensible. Un texto para leer muchas veces.
Abrazo
Gab
Excelente, Susana.
ResponderEliminarY muy buena elección del título, también.
Saludos.