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Con
habilidad indigna de admiración, el frutero consigue que al cesto de doña María
llegue una naranja de menos. Ella no lo advierte, absorta como está en dar
vueltas a su alianza. En la plaza de enfrente, junto a los niños que juegan a
pelota, Nico birla tazos a su
contrincante con la gracia de un prestidigitador. Eso ocurre ante la mismísima casa
del señor notario, donde calibra don Antón la teta de doña Concepción, que a falta
de mejor uso visita todos los jueves al respetable letrado. ¿Por qué no habría
de pincharle un neumático el portero? Su auto indolente invade la acera ante la
entrada de servicio; no pasa ni doña María con el carro de la compra.
Desde la
muralla que cierra el escenario el ojo del diablo lo observa todo. Al
atardecer, algunos lo confunden con el brillo ocre del sol bajo. Dicen que este
año amenaza con terribles tormentas, exabruptos astrales que perturbarán los
progresos electrónicos de la vida humana.
Una estampa cotidiana, de las que se ven todas las noches en la plaza de mi pueblo. A la mañana siguiente ya no quedan huesos por el suelo. Los servicios de limpieza son muy diligentes. Excepto por la calibración tetil, que en el caso del agrimensor de B. es más dado a tomar distancias de posaderas.
ResponderEliminarTexto sublime Susana.
Abrazos
Espléndido paisaje cotidiano que logras escorar hasta el surrealismo con esa frase final imponente, que desata toda la carga lírica contenida hasta entonces en la historia. Me intriga, especialmente, la obsesión en la pieza por las formas redondas y orondas. Véase naranja, teta, tazo, sol... Formas que, quizá, escondan la esencia geométrica de las cosas. Fabuloso, Susana.
ResponderEliminarAbrazos.
Y luego, como muy bien dice Serrat vuelven la zorra pobre la portal, la zorra rica al rosal.
ResponderEliminarRegreso al título y no puedo menos que sonreír.
Con tu permiso, me lo guardo
Un abrazo, Susana
Es que las naranjas, alianzas, pelotas, tazos, tetas y ruedas las carga el diablo haciéndose pasar por un simple sol de atardecer.
ResponderEliminarQué buen texto, Susana!
Abrazos
Qué placer pasar por aquí un martes y encontrarte estafadores, lujuriosos y vengativos, pero todo con una poesía suave y contidiana mientras el diablo se relame con satisfacción de su zootropía. Un beso.
ResponderEliminarHa sido como estás sentada en uno de los bancos de esa plaza, conocer a todos los personajes que por ali se pasean y ser partícipe de esas cositas que solo el diablo sabe...
ResponderEliminarUn besote :)
Muy bueno, Susana.
ResponderEliminarYo también soy de la opinión de que las tetas las carga el diablo, si no, que le pregunten a la Sabrina, muy de moda otra vez, y conocida en todas las plazas, esta y las otras. Ahora, lo del neumático me tiene despistao... Pero volveré (cual Chiquetete).
ResponderEliminarUn abrazo, Susana.
Una cadena de hechos que bien podría tener como escenario cualquier plaza o feria de cualquier país. Me hizo acordar las una feria de mi ciudad, Angra dos Reis, en Río de Janeiro. Solían suceder muchas cosas extrañas, ahora tú me revelas el secreto. Ahora sé quién era en responsable.
ResponderEliminarUn beso.
HD
Hay épocas en que nos convertimos un poco en diablo, más que nada por estár a tono con las circunstancias. Al menos tú nos apuntas con sabiduría todo lo que podemos ir haciendo.
ResponderEliminarAbrazos
En muchos lugares, esta escena caería de maravilla. En verdad Susana, ¿quién nos estará viendo,y si será que nos ven?
ResponderEliminarBonita estampa Susana. Has hecho zoom, con permiso de Manu, sobre detalles que nos pasan desapercibidos. Me confunde algo el último párrafo, ese quiebro entre lo que parece el diablo -zootropía?- y el sol y sus tormentas reales.
ResponderEliminarUn abrazo
Qué enorme momntón de detalles geniales para desgranar, para releer.
ResponderEliminarEn la forma, qué acertado análisis el de Agus. Y en el fondo, sería de esperar que la evolución hacia lo animal nos lleve a una era menos racional, más lógica, y a la larga más pacífica y menos estúpida; tras la cual -miedo- probablemente resurja una homotropía más bestia aun que cualquier otra.
Abrazo
Gab
El escenario como un juguete que gira en manos del diablo. Una estampa cotidiana cuyos personajes contienen la maldad que se desatará con la tormenta. ¡Me gusta!
ResponderEliminarUn abrazo.
Pequeñas maldades cotidianas Susana. Un texto redondo en formas y contenidos.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Todo el mundo engañándose, la vida es una impostura. Me recordaste aquel de tu paisano, Pere Calders: Mi novia me dijo que un pecho sí, pero que el otro no, porque lo tenía apalabrado. Colérico y egoísta, perdí el único que quedaba disponible...
ResponderEliminarPor qué ZOOTROPÍA.
Me siento últimamente como la señora María, le engañan en la compra, no puede pasar con el carro, igual, igual que esta realidad que se desprende del micro. Todos engañando y hacia cambios que no somos capaces de preveer igual que "exabruptos astrales que perturbarán los progresos electrónicos de la vida humana."
ResponderEliminarBesitos
Un día uno de esos eructos de vitalidad astral va a causar tal caos que quedará registrado en los anales de la Historia...
ResponderEliminarUna delicia de micro, así da gusto.
Besos.
Me ha gustado esa forma de pasar de uno a otro esa mirada de diablo que todo lo ve. Me imagino al diablo sonriendo ante esos retazos de maldad encubierta en lo que percibimos como cotidiano por estar ya acostumbrados a ello.
ResponderEliminarUn abrazo y espero que los quesitos hayan merecido la pena.
He tardado en entrar a a leer porque estoy bajo otra de esas tormentas que se avecinan.
¡¡¡Muchísimas gracias a todos!!!
ResponderEliminarPido mil disculpas por no contestar ni uno a uno ni colectivamente hasta hoy... y tampoco estoy visitando blogs... espero retomar el ritmo la semana que viene.
Sólo una cosa, al hilo de la pregunta de Juan: "zootropía" se me ocurrió a partir de zootropo, uno de los inventos que precedieron al cinematógrafo. Una de esas ruedas que dan movimiento a las imágenes continuadas. (En fin, sólo por si alguien regresa y tiene la curiosidad.)
¡Besos!
Gracias por la aclaración, Susana. Soy muy curiosa.
ResponderEliminarBesitos
Gracias por la aclaración, Susana. Sí, he vuelto, soy muy curiosa.
ResponderEliminarBesitos
Nada queda al azar ni es algo aislado. Esta cadena de actos tendrá consecuencias. El final es formidable.
ResponderEliminarAbrazos, muchos por el atraso.
Cadena de acciones cotidianas que tendrán sus consecuencias. El final es formidable.
ResponderEliminarAbrazos dobles por el atraso.
Me ha gustado esta Zootropía, Susana. Ese diablo alerta de todo lo que se mueve, como hilando una historia sobre otro en perfecta sincronía. Lo de los progresos electrónicos ha sido un cierre, bajo mi punto de vista: sorprendente.
ResponderEliminarUn beso Susana.
Muchas gracias, ELYSA, LOLA y LAURA (¡sobre todo por luchar a brazo partido contra la tecnología!). Un beso diabólico.
ResponderEliminar¡Espectacular! ¡Y qué final! Inesperado, por lo menos para mí, y muy gratificante.
ResponderEliminar¡Felicitaciones!
¡Agh! Una bella cadena de cotidianas, mostradas muy de cerca, y entonces se abre la panorámica para evidenciar el todo espeluznante. ¡Me gusto mucho mucho!
ResponderEliminarSusana, hoy en casa hablé de ti. Tenías que saberlo.
ResponderEliminarAbrazos.
Gracias por publicar este micro, Susana. Me sirvió de inspiración para otro.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo,
P
Gracias JUANITO y YUNUÉN por vuestro entusiasmo, y a ti MIGUELÁNGEL por tu superdetallazo, que te agradezco muchísimo... PABLO, me tienes en ascuas, estaré muy atenta. Besos a todos.
ResponderEliminarSusana, buen relato. Quizás en la primera línea no hubiera calificado la acción (indigna de admiración), pero es una cuestión de gustos.
ResponderEliminarEn realidad vengo para dejarte el premio Liebster blog. Puedes pasarlo a buscar por mi bitácora.
Saludos
Más sabe el diablo por viejo que por diablo, y tú nos retrataste con la justeza que te caracteriza. A ver cómo salimos de la crisis con estos valores...
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