Rodrigo abrió un restaurante ruidoso al pie de la carretera. Acudían a él transportistas de largo recorrido, corredores agrícolas, apremiados comerciantes y conductores de tractor. Regaban con cerveza de barril rápidas raciones de riñones, repollo relleno, tripas de cordero o jarretes con rúcula. Radiante de éxito, Rodrigo proclamaba su ruda y próspera empresa con la mayor risotada tabernaria.
Su mujer, a un lado, murmuraba el mal de la melancolía: verme morir entre memorias tristes, recriminaba mustia. Mal vamos, advirtió el poeta.
A los pocos meses el bar de la carretera desapareció.
El silencio se desliza por las sombras del local vacío. Suenan los ecos de voces que no están. Un susurro insiste en desvelar los secretos: los suspiros de Silvina, que suplantó signaturas, sugieren falsos informes fisiológicos que su esposo creyó fiables. Pero no hubo neumólogo ni
fibrosis; sólo sibilina falsedad.
Por suerte el poeta es el único que lo sabe. Ajenos a la
música de las esferas, los demás viven felizmente sordos.
En una primera lectura diré sólo magistral. Muy Nabokov en la forma. Muy de suave susurro de senil saliva. Radical en lo rompiente, pero rodeando el rimbombeo, que no es fácil cuando uno juega.
ResponderEliminarYa luego bucearé en el fondo.
Abrazo
Gab
¡Ex-ce-len-te, Susana!
ResponderEliminarUn micro engarzado con una prosa de vibrante aliento lírico, y que amalgama univocidad y plurisignificación que ha de dilucidar el lector. Una pieza que goza de una respiración narrativa que le seduce y le lleva a una lectura -y multiples relecturas- recursivas, para poder reasignar signifiaciones y sentimientos.
Con regalos así, ahora entiendo por qué me tardan tanto en llegar los martes.
Un abrazo,
Me ha gustado mucho, Susana. Ángeles Prieto Barba
ResponderEliminarEs un texto muy ambicioso. Coincido con Gabriel en la apuesta por la forma, y con Pedro en la pluralidad de significados. Añado la preocupación por el lenguaje, y esa hiriente ironía que se desvela en cada frase. La figura del poeta rompe la narración, como si se tratase de una tragedia griega. Me parece un recurso muy interesante, de difícil manejo, pues se posiciona dentro y fuera del texto.
ResponderEliminarMe parece fenomenal, inteligente, Susana.
Abrazos.
Me ha gustado mucho, tanto que no necesito ese prometido jamón. Ya me doy por regalada.
ResponderEliminar:)
Hola Susana, no sé que comentar, pues cada vez que lo leo me tiro por un camino, y con las rutilantes estrellas que me han precedido no me atrevo a decir,... escribir, vamos.
ResponderEliminarParece claro que como en todos los bares hay un poeta. Que además de no pagar ni una consumición, es la wikipedia de todo el que por allí pasa, ya sea en camión, o en moto, y lo sabe todo, y lo que no lo supone. Hilado este punto casi crucial hasta que deje de serlo, me atrevería a decir que la triste y melancólica se ha cargado al marido, aquí también siguiendo un estilo de carretera, clavándole un cuchillo y deshaciéndose del cuerpo gracias a un maletero, que en este caso es el de la citroen berlingo del finado. Y cómo no, el poeta lo ha visto todo, y a partir de ahora, entretiene las largas noches de insomnio de Silvina, y no sólo con poesías, sino también con carne, con mucha carne, pero menos hecha.
Felicidades Susana, que me ha gustado mucho.
Un beso
Esto sí que es otra historia Pun. Jajajaja
EliminarGenial También, yo me quedé en "El cartero siempre llama dos veces".
Un abrazo
Pero ¡qué bien narra ese poeta!
ResponderEliminarBesos
Más que poeta es cómplice...
ResponderEliminarAliterador, entre otras muchas cosas, este relato, Susana. Un abrazo.
ResponderEliminarSusana! yo no tengo el nivel para hacer un comentario demasiado fiable, así que como simple lectora, me ha encantado y mucho ya que cuando iba por la mitad del relato me ha hecho pensar muchísimo en todas las posiblidades de lo que puede haber ocurrido y me han entrado ganas y re ganas de volverlo a leer. He leído también todos los comentarios para averiguar más cosas. Me ha parecido magnífico! Un abrazo. Cristina Meseguer
ResponderEliminar¡Demonios. este micro es de muy alto nivel. No sé muy bien cómo decirlo porque me ha dejado impresionada. ¿Cómo muy mexicano?
ResponderEliminarSea como sea, el poeta te lo explicará.
Besos varios
Y te habrás quedado tan pancha...vamos.
ResponderEliminarEs una delicia de micro, a mi me trajo a la memoria a Jessica Lange y a Jack Nicholson, pero ciertamente, no sé por qué.
Lo cierto es que está magníficamente enrevesado.
Besitos
Me gusta cuando leo sugerencias más que certezas y que el poeta sea el único que lo sabe me tranquiliza.
ResponderEliminarMe gusta también el contraste entre rudeza y poesía.
Abrazos.
Plas plas plas.
ResponderEliminarMicro con varios niveles, varios protagonistas, Rodrigo y los visitantes al negocio, Silvina y el poeta que lo sabe todo en un plano entre lo real y lo ficticio. Y el título que envuelve la escena, estas vidas al completo.
Requiere de mucha visión por parte del su autora, no al alcance de todos. Enhorabuena por este micro.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Un restaurante de carretera no es lugar para una mujer tan exquisita. Afortunadamente cuenta con la complicidad del poeta para no desvelar sus secretos y vivir otra vida.
ResponderEliminarBuen micro.
Abrazos silenciosos.
Difícil me lo has puesto a estas horas de la noche. Hoy te confesaré mis catorce horas sin descanso y las pocas neuronas que me quedan para entender el final .Me he quedado a medias, Susana, pero no por tu culpa, sino por culpa de mi cansancio. ¿Sabes qué hago en estos casos? ¡volver mañana más despejada!.
ResponderEliminarDe momento me quedo con la esencia de esa mujer, el rancio restaurante de carretera, y el soplido del poeta que lo hace desaparecer. (Snif, lo siento, es que estoy "out")
Besos Susana. Mañana nos vemos de nuevo.
Muchísimas gracias a todos y cada uno por pasar y comentar. Hoy no las tenía todas conmigo, así que me habéis dejado un poco más tranquila. Me pasa como a Laura, hoy ha sido un día complicado y estoy agotá como para decir algo más ocurrente que merci, danke y buona notte (perdón si hay faltas). Nos leemos.
ResponderEliminarAl leer la primera oración, pensé “¡caramba, que concurrencia de eres!” (en todas las palabras salvo los monosílabos). A medida avanzaba en la lectura, se me desveló que el efecto era buscado y no casual. En la primera estrofa, la aliteración en ere; en la segunda, en eme; en la cuarta en ese.
ResponderEliminarPor otra parte tenemos la historia, y dentro de la historia me parece crucial la figura del poeta, que a mi entender es el que une las dos caras del micro (la formal aliterada y la de la trama): después de todo es el único que no permanece sordo a la música… (pero ojo que puedo estar equivocado).
Un micro más que interesante, jugado desde lo netamente literario, experimental, algo (o bastante, según se mire) críptico. En todo caso más que plausible por el riesgo que supone. Me gusta.
Saludos cordiales
Me gustó por el ritmo y claro, la sonoridad que sí logra convertirse en imagen o sensación (especialmente al momento del seseo), aunque admito que dos o tres veces debí detenerme y regresar hasta el punto y seguido anterior. ¡Saludos!
ResponderEliminarDiscrepo con Arte Pun. Yo creo que el tabernero es Ulises, el poeta Homero y ella Penélope: Tantos años de espera para esto, piensa, mientras hila una mortaja y el Homer le susurra al oído, con voz estropajosa, cuidado con lo que sueñas porque podría hacerse realidad, !hic!
ResponderEliminarAl final cierran el chiringo y se van los tres a Lesbos.
Me gusta tu historia Odys, porque aquí la gente empieza a aliterarse, y al final no dicen dónde está cada uno. Sigo pensando que Rodrigo cría flores porque un trío es malo incluso para montar a caballo.
EliminarNada que se salio con la suya.... que "coraje" me dan etas personas que inventan y decoran con mentiras para llegar a su meta.
ResponderEliminarLo describes tan bien que parece que escucho los murmullos de los camioneros y los pitos ensordecedores de sus camiones.
Me encantó!
Un beso grande :)
Muestras muy bien que uno de los 'errores' más característicos de un principiante, puede ser una excelente herramienta para quien sabe: la aliteración.
ResponderEliminar¡Y encima la historia está muy buena!
Besos.
HD
Excelente. Quién sabe cómo les habrá ido a la pareja de protagonistas en el devenir de sus vidas, luego de irse de allí...
ResponderEliminarMe gustó mucho.
Saludos.
Si es que no hay mayor sordo que el que no quiere ver... ¿o era mayor ciego que el que no quiere oír?
ResponderEliminarSea como fuere, original micro cargado de segundas voces.
Una perta.
Muchas gracias GABRIEL, YUN, ODYS, NIEVES, HUMBERTO, JUANITO y CORTACUENTOS por vuestras aportaciones. Besos a todos
ResponderEliminarEsta Silvina puede ser Silvina Ocampo(a mí me encanta y pienso que su talento se vio oscurecido dentro del trío que formaba con Borges y Adolfo Bioy Casares ?
ResponderEliminarMe gusta la intepretación de Odys, pero yo pensé en estos tres y en el amor extraño y enfermizo de Silvina y Bioy, y sobre todo en ella...
Abrazo
Huy Roxie
ResponderEliminarSí señora, esto es escribir en el filo, en el borde, en el límite... Antes lo llamábamos vanguardia ¿no?
ResponderEliminarHe encontrado una recete de jaretes con rúcula... pero hay que tenerlo 8 horas al fuego... Dime tu receta, porfa o es una licencia en la acción, como la dirección de los pintores míos que viven en París. Me busco una calle de Montparnasse en el mapa, y se acabó.
Muy bonito relato.
Eliminar¡Gracias ROXIE, JUAN, AMAPOLA!!!
ResponderEliminarReconozco que lo he tenido que leer dos veces y la segunda muy lentamente, analizando cada frase. Yo que soy de lectura sencilla y escritura más liviana todavía, suelo tener problemas para abarcar todo lo que expresa un relato como el tuyo. Sin embargo, en este caso creo que he descifrado la trama y entiendo la motivación de esa mujer que viendo su futuro tan claro cómo inexorable y deprimente, decide que no es el que quiere, inventando una farsa para desaparecer... Tras mi propia y particular comprensión del texto debo decir que me gusta mucho cómo nos muestras esa necesidad de huir... creo que escribes grande y eso está al alcance solo de los gigantes.
ResponderEliminarUna abrazo, Susana. Excelente micro.
Vaya Susana, confieso que no comprendí el cuento en la primera lectura, pero luego leí y leí y tengo ahora mi versión. Me la guardo, quizá mi problema es que todo lo veo de manera literal, así, ella confabuló para no volver al Bar, a la cervecería. Abrazos.
ResponderEliminarLlevo como veinte minutos aquí en tu casa, Susana, más los que estuve el otro día. Hay que ver lo que se aprende en ella. Sabes que no suelo leer los comentarios de los demás, bien, pues me los he leído todos. Luego he vuelto a leer el micro y:
ResponderEliminarPrimero, lo de la aliteración, es una maravilla como la has trabajado. Se me ha desencajado la mandíbula (tranquila, ya la he vuelto a encajar).
Segundo, estoy con Arte, se lo han cargao. Y en el bar, que sólo veían erres y no emes, ni se han enterado de las eses. En cambio, el poeta, se ha quedao con to. Y con ella también.
Un abrazo con beso, Susana.
Lo primero que llama la atención, ya desde la primera línea es esa sonoridad que va gradualmente del ruido al silencio, pasando por el murmullo. Estaba tan concentrada disfrutando de la forma que he necesitado una segunda lectura para entender la historia: Ella finge una enfermedad incompatible con el bar y tienen que cerrarlo e irse. El poeta es sólo un testigo en mi versión.
ResponderEliminarDespués de leer los comentarios de los demás no sé si es que no he entendido nada, aunque entiendo que pueda apetecer hacer desaparecer al garrulo ruidoso de Rodrigo.
He disfrutado mucho leyéndolo.
Un saludo
Gracias FERNANDO, ESKIMAL, MIGUELÁNGEL y NIEVES por vuestras lecturas. Ya sabéis que cuando uno trabaja un texto, se mete tanto dentro que los árboles no le dejan ver el bosque; no fui capaz de ver que la lectura iba a ser tan dificultosa como todos los comentaristas dicen.
ResponderEliminarSobre las interpretaciones, pues me ocurre lo mismo: a mí me parece evidente la que apunta Nieves Torres, que es la que yo pretendía, y las otras posibilidades me parecen muy divertidas y sorprendentes. Un fuerte abrazo.
Anda mira...pero y la de lecturas que le hemos sacado?
EliminarA mí lo de Homero me gusta mucho ;)
Abracicos
A mí me encantan los comentarios de Odys y Arte Pun siempre, pero todos me son realmente útiles, los que van de broma y los que no. Besos
EliminarPues yo estoy con Nieves Torres, eso es lo que interpreté el otro día al leerlo. Ahora leyendo los comentarios ya me estaba preocupando, pero no, una vez he llegado hasta el final, me quedo con mi primera idea.
ResponderEliminarVes, Susana, aquí se disfruta con tus micros y se aprende un montón con los comentarios.
Lo que más me gusta del texto, esa manera como lo has trabajado para que al empezar a leer a una le asalte toda esa marabunta de ruidos, después... silencio contemplar el lugar como esperando ver aparecer fantasmas.
Una auténtica gozada.
Besitos
Lo siento por mí, no llego. Interpreto que un proyecto (restaurante) en el que la pareja no comparte objetivos y sentimientos va a la quiebra, y que Silvina (probablemente la mujer y no una tercera) fingió problemas fisiológicos que llevó a cerrar el local. Pero no sé, así de simple se escribiría de otra forma, por lo tanto la historia oculta no me llega, y no me extraña, pues al aparecer los poetas ya me desestabilizo. Veré que dicen los comentarios, siempre se aprende. Vale, he aprendido que aquí juega mucho esa figura llamada aliteración, pero como tengo problemas de oídos no detecté. En fin Susana, que no lo gozo, problema mío sin duda.
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