¿Habéis pasado alguna época en secano? ¿Atascados hasta no poder escribir?
Supongo que para volver a la "normalidad" me recomendaréis
a) tomar notas, captar ideas y esperar a que regrese la musa;
b) buscar estímulos en un concurso, según se comentaba por aquí hace unos días;
c) recuperar textos antiguos para hacer "chapa y pintura";
d) etc.
Todo vale, pero creo que la autoimpuesta obligatoriedad de alimentar un blog, con todo lo que tiene de estimulante y positivo, convierte los periodos de secano en momentos casi angustiosos, ¿no?
Me gustaría hablar de la influencia positiva y negativa que tiene el blog como medio de expresión.
¿No os pesa, con el tiempo, la influencia de los comentarios, la conveniencia de alimentar relaciones, la necesidad de dar una determinada talla en lo escrito, el contagio de los caminos que van tomando los demás?
Hoy, como complemento, tenemos un texto invitado de Gustavo Vargas Ramírez, "El Eskimal": Historias para escribir historias. Gustavo es escritor y periodista y próximamente puede dar alguna sorpresa en el mundo editorial.
Hola Susana, hoy he llegado a tiempo, y parece que esta entrada la has escrito para mí, porque esta semanas –ya lo sabes- estoy en esa situación que tú explicas, en todas y en cada una de ellas. Estas semanas, casi meses diría yo, tengo la sensación que esto se me ha escapado de las manos, y por más que corro detrás no soy capaz de asir la satisfacción que me producía escribir, compartir, comentar, ser comentado.
ResponderEliminarMi blog tiene algo más de un año, y ese es el tiempo que hace que escribo, ¿mucho?...¿muy poco?..para mí, media vida, es como si en este año hubiera tenido más alegrías, más decepciones, más satisfacciones, mas frustraciones, mas destellos, mas relámpagos, mas primaveras y mas inviernos que en toda mi vida. Es como si el tiempo se hubiera acelerado y la caja de las sensaciones se hubiera abierto desbocada…escribes, comentas, haces amigos, te presentas a concursos, pierdes, ganas…y ahora me pregunto…¿cuál es el siguiente paso?, ¿dónde está el sendero?...
El blog me lo ha dado todo, pero…todo Susana, y estos días me pasa por la cabeza todo eso que comentas, sí, algunas veces me influyen los comentarios, especialmente los “no comentarios”, todos tenemos nuestros amigos, nuestros referentes. Esa vorágine de las relaciones, de comentar a los que te comentan, de comentar lo que te gusta, de traspasar el blog y conocer a la “persona”…y especialmente lo que me pesa estos días es ese “dar la talla”, la sensación de que no soy capaz de escribir nada mejor de lo que ya he escrito,.. te autoimpones, te autocensuras, te coartas…sí Susana, ahí estoy…pero como decía ayer en mi blog al final del túnel siempre hay luz, y después del invierno llega la primavera… y seguro que debe de ser así…y si a alguien le sobra una musa o un par de ideas, encantado de compartirlas…ya tengo hasta el taller de plancha y pintura cerrado…ahí fuera nieva, son copos blancos, níveos, yo quisiera que diluviaran palomitas, algodones de azúcar y pompas de jabón.
Un abrazo Susana, tengo gansa de verte,…de veros a todos.
Entiendo perfectamente lo que dices. Yo ahora mismo estoy demasiado liado con intentar mantener a flote el estudio. Eso me hace llegar a casa sin energía, casi no me queda ni para leer... Y lo peor es que todavía brotan ideas que no tengo tiempo para soltar y eso también se convierte en frustración.
EliminarÁnimo Xavier. Lo altibajos también deben ser normales en esto. Con un poco de suerte serán a escala del tamaño de los micros y ya mismo estarás escribiendo de nuevo por lo que debe hacerse, por el placer de hacerlo.
Jo, Xavi, "maspuesto" tierno tierno. Creo que lo mejor es no darle importancia, si no se la das, no existe. Todos tiene vacíos de todo, pero no hay darle vueltas, como se vacía se llena. Pero si está pendiente nunca lo ves llenarse. Es, al no mirar, que un día al hacerlo te llevas la sorpresa. No te inspiras, pues no te inspires, chimpún. Vives de eso?, no, no? Pues a escribir sin imposiciones, cuándo y cómo quieras. Aquí no hay jefes.
EliminarPor cierto, el final de tu comentario ya da para un cuentito.
Un abrazo, company (pero que lo cojas y te los des, eh?)
Fernando, Miguel Ángel, gracias por esos ánimos...que ya he escrito un par de micros sencillitos...pero lo mejor será que ya quedemos en el próximo encuentro (prometo antes hacer el micro que tengo pendiente para la rueda iniciada por Xesc...)
EliminarMiguel Ángel, que me he dado ese abrazo y casi me ahogo...
Pues eso que nos vemos ¿cómo lo tienes Susana?
Es tan complejo este tema, que llevo una temporada comiéndome la cabeza precisamente con lo que planteas, Susana. Mi blog tiene seis años, y ha ido evolucionando, porque en aquella época no existía el boom de lo micros, apenas tenía visitas, pero me servía precisamente para lo que planteas, generarme una autodisciplina y así escribir algo todas las semanas, aunque nadie lo leyera, aunque solo fuera para alimentar al blog, como si fuera un bebé que necesitara comer cada semana. Luego vino el boom de los blogs de microrrelatos y la autodisciplina fue más exigente aún, por lo que al blog le debo tanto como es un libro, mi libro "Zoom". La parte negativa de los blogs es que si quieres publicar en papel, muchas editoriales ya no consideran esos textos inéditos, por lo que tienes que decidir, el blog, o el paple, pero sin blog no hay autodisciplina, y por lo tanto quizá tampoco hubiera contenido para un libro. Además, un libro se escribe, te leen durante tres meses y muere, pero en el blog tienes contacto casi diario con los lectores y con otros escritores que comparten tus intereses, y eso genera autosatisfacción, una satisfacción que no generarían dos años de silencio escribiendo en secreto en tu casa sin nadie comentando el material que, por otra parte, puedes mejorar con las correcciones de los lectores. Una parte negativa es esa sensación de que hay que alimentarlo con lo que sea, y puedes bajar la calidad de los textos con tal de no faltar a la cita, pero no creo que esto sea un inconveniente, porque imaginad si un columnista de un periódico semanal decidiera que esa semana no está inspirado y no manda la columna al diario. Otra parte negativa del blog: Hay una creencia falsa e hipócrita en el mundo editorial que consiste en dividir a los creadores en escritores de papel y escritores de blog, y el blog, por supuesto, es la categoría de segunda división, cuando en papel se publican auténticos bodrios que gozan del halo de la celulosa y el silencio en la red, un halo impostado y que aborrezco, pero que a veces me ha desanimado mucho y me ha hecho plantearme las cosas. Un abrazo, Susana. Muy interesante, como siempre.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario, Xavier, tan sincero y directo. Creo que vives con mucha intensidad un fenómeno que poco o mucho hemos vivido todos, y que por este motivo expongo hoy (intento, hasta donde me llega la imaginación, plantear temas que nos impliquen comunitariamente y en lo que podamos ayudarnos). Espero que surjan comentarios de gente con más experiencia que yo que puedan resolver alguna de tus dudas. Tengo la impresión de que todos deberíamos hacer simplemente como ese estudiante de Chicago que se desconectó tres meses para volver a tener relaciones con gente real y no con perfiles; lo extraordinario, lo alarmante, es que esto sea noticia en los periódicos. Sería cuestión de regenerar, respirar y reconectar.
ResponderEliminarManu, gracias por aportar la perspectiva de tu experiencia; mi blog no tiene aún un año, y no sé imaginarme con seis a las espaldas. Por eso me parecen muy interesante los puntos que planteas, especialmente ese desdén editorial hacia la literatura de red. Decía Humberto Dib el viernes pasado que escuchó decir a un escritor consagrado: "Los blogs son una forma de mantener a raya a los posibles competidores talentosos, ellos se quedan ahí, en su mundo virtual, sumando un seguidor tras otro, comentándose mutuamente, mientras nosotros nos dedicamos a escribir novelas para la gente de verdad". ¿Sería ésta, entonces, la visión del editor también? ¿Nos estamos autoimponiendo límites por el placer del comentario?
Muchas veces se trata de elegir, Susana, como todo en la vida al final toda elección conlleva sacrificar algo, una cosa o la otra. Recuerdo el comentario Humberto, y lo cierto es que tiene una carga de profundidad muy cierta.
ResponderEliminarEstoy en sintonía con lo que dice Manu. En mi caso me da más miedo saber discernir y acertar. A menudo, tras publicar una entrada, dudo si el texto resulta tal y como lo imaginé, si la idea era esa o si me equivoqué de hilo al tirar. No tiene nada que ver con el resultado de la pieza, si gusta o no, es una sensación personal. Escribir es descartar, y muchas veces uno erra.
ResponderEliminarPor último, me la trae floja - con perdón - el parecer de algunos - recalco algunos - editores respecto al tema de los blogs. Hay otros que sí tienen en cuenta el fenómeno en la red y están al quite - postura acertada, inteligente y de sentido común - y el resto por sí mismo delatan su estrechez de miras y falta de olfato.
Gracias Susana, otro Viernes más.
Abrazos.
Coincido en lo primero y me apunto a lo segundo, Agus, me parece que tienes toda la razón...
EliminarPues yo que no me considero escritora, sino aprendiz de eso que se llama escribir, debo ser más simple que la ratita porque yo lo veo como cocinar. Cuando no sé que hacer de comer, miro libros de cocina, igual me surge de qué escribir cuando leo en general.
ResponderEliminarSi no tengo el ordenador a mano tomo notas, para cuentos o la novelita que escribo y eso sí es mi verdadera pesadilla: los papelitos, porque no tiro nada.
Y sobre los blogs, el mío, como es un poco cajón de sastre, pienso que es más fácil mantenerlo. Este año cumplirá cinco y sólo encuentro libertad y alegría; siempre pienso en él como la carta que trae el cartero antiguo a la enamorada que espera. Además y, sobre todo, por la satisfacción de poder leeros y participar.
Abrazos.
Me hace mucha gracia como te describes, como la ratita hacendosa del cuento, y admiro la energía y la ilusión que suponen cinco años de blog. Es verdad que aquí cada uno tiene sus puntos de vista y objetivos, y su modo de enfocar la actividad, lo bueno es poder intercambiar impresiones y ponerse en otros supuestos. Me gusta la idea de echar mano de los libros de cocina...
EliminarHola Susana:
ResponderEliminarAunque se cruzan, son dos las preguntas que planteas así que las contestaré por separado.
Por un lado está el tema del bloqueo. Yo creo que los escritores aficionados estamos en una posición de privilegio respecto al bloqueo, hasta tal punto que diría que el bloqueo no debe ser ningún problema para nosotros. Y está en ese amateurismo precísamente nuestra bendición. Escribimos porque nos gusta, cuando nos apetece y si lo hace, no dependemos de nuestra escritura para poner unas lentejas sobre la mesa. Por otro lado, el ritmo de publicación en que te ves atrapado hace que pasar un par de semanas o tres sin escribir un buen texto en ocasiones se experimente como un bloqueo cuando no lo es; sencillamente, tener ideas buenas y conseguir expresarlas bien es difícil y no siempre se consigue. Nada más. Si yo me siento poco creativo no hago ninguna de las cosas que comentas arriba, esas las suelo realizar como rutina de trabajo. Lo que hago es dejar de forzarme y esforzarme y leer otras cosas distintas de microrrelato y, si me apuras, ni siquiera de ficción. Es habitual que me inspire más leer textos teóricos de microrrelato que microrrelatos en sí. Y desde luego cualquier ensayo sobre temas que nos interesen o despierten nuestra curiosidad.
Por otro lado está la vivencia del blog con sus pros y contras. A mí me parece que los que llevamos un blog no nos damos cuenta de un pequeño detalle que tiene una enorme importancia. Somos escritores en cuanto a que creamos textos con mayor o menor fortuna; pero desde el mismo momento en que decidimos publicarlos en nuestro blog nos convertimos en editores. El autor ha hecho su trabajo y nuestro yo editor hace lo que puede por sacar adelante el texto, por promocionarlo, por asimilar los comentarios, etc. Incluso la decisión de publicar el microrrelato la toma el editor que llevamos dentro en base a unos criterios de calidad, o de oportunidad, de necesidad o de conveniencia. Y está bien que así sea, pero ambos papeles han de ser conscientemente ejecutados y separados por completo. La angustia por no publicar con frecuencia, por no establecer ese entramado de relaciones a que llevan los comentarios y tantas otras son labores que lleva a cabo nuestro editor interior y no deberían importar un pimiento al escritor, al creador que está detrás. Si consigues hacer eso, lejos de vivir el "bloqueo" como una experiencia angustiosa, casi la experimentarás como unas merecidas vacaciones.
Creo.
Gracias, Susana, por otro viernes interesante.
Me parece estupenda esta separación entre el escritor y el editor, Jesus. Muy cierta. Y probablemente positiva, porque si el editor está contento, el escritor también; mientras que si el editor se disgusta, el escritor (si de verdad ama escribir) hará lo que pueda por satisfacerle.
EliminarYo no me preocupo por las sequías, porque no bebo de ese agua. Me refresca y me anima, y miro al cielo y quiero que llueva, pero me domina una sana resignación de campo que me dice que ya lloverá cuando tenga que llover. Aun así, procuro buscar esa apertura que permite que vengan las ideas, que permite recibir a lo que flota por ahí. Y no me agobia, porque sé que siempre acabaré buscando el disfrute de escribir.
En cuanto a alimentar relaciones, me parece fundamental asumir que nuestros lectores son sólo un trozo de la persona ue vive al otro lado, y que a veces esa persona tiene otras cosas que hacer, otros blogs que leer... Yo me confieso muy poco corporativo, así que no me siento en la obligación de comentar siempre ni de enlazar por reciprocidad.
También creo.
Gabriel
Y también gracias por estos apoyos para la reflexión.
A mí también me parece muy lograda la distinción entre los dos papeles que estamos ejerciendo, y el carácter "amateur", que a veces se nos olvida, de los dos. La receta para la estabilidad pactada entre uno y otro, Jesus, un 10.
EliminarPues todo esto que dices, más o menos, es lo que le he querido expresar a Xavi más arriba. Pero tú te expresas genial, Jesús.
EliminarCuando mi hermana le compró un perro a mi sobrina no tenía ni idea de lo que estaba haciendo. Pues igual me pasó a mí cuando tras diez minutos de clicks monté el chiringuito de mi blog. Y, sí, es muy mono, sobre todo cuando te suelta un lametazo,... pero no veas como traga.
ResponderEliminar¿Pájaras? El mío come de todo.
Felicidades nuevamente Susana, tienes tal poder de convocatoria que estoy pensando en publicar mis entradas en tus comentarios, y hacer un ERE en mi blog. Abrazos y buen fin de semana.
Siempre me haces sonreír. Un abrazo, feliz finde.
EliminarJajaja, qué bueno. Qué cachondo/a (aunque con la "a" suena diferente).
EliminarMira, pues ya has conseguido una visita, Arte Pun.
Hola, me apunto a estos comentarios. Como muchos que empiezan al revés, hace más de dos años decidí comenzar mi carrera de escritor con una novela. No es necesario extenderme en todo el tiempo perdido en reescribir cuando la consideré terminada.
ResponderEliminarAllí fue cuando inicié mi blog, hace casi un año, a fin de promocionarla. Como también es moda, dije: mientras se vende, comienzo la segunda parte de la saga... y me asaltaron por completo las fatalidades que nombra Gustavo Vargas. Entonces bajé a los cuentos y relatos, los que se hicieron cada vez más cortos, hasta que descubrí lo que realmente me gusta escribir: microrrelatos y demás brevedades.
Y también en ese momento el blog, que apenas si tenía un sentido de divulgación, se transformó en el medio de expresión, el "yo editor" que describe Jesús Esnaola.
Por ahora, lejos estoy de bloqueos en esta etapa, por el contrario, busco, intento innovar, leo mucha teoría y leo a los que saben.
Y algo más: aunque me considero un aficionado, me propuse metas. Entonces no es que tenga una presión externa (¡ojalá fuera así!), pero sí que tengo mi propia presión, un motor que me impulsa a dejar de lado algunas distracciones y me lleva a sentarme cada día frente al ordenador.
Bienvenido y gracias por participar, Sergio. Es interesante tu trayectoria. Las metas, efectivamente, son patrimonio de cada cual y en realidad la satisfacción que consigamos depende, como decía Manu, de nuestras elecciones. Para mí proponer estos temas para el diálogo es una manera de tantear coordenadas ajenas para poder decidir más y equivocarse menos... Aunque sin garantías, por supuesto; hay tantas variables...
EliminarPues yo, fíjate si llego tarde. Yo debo de disponer de unos, unos 70 minutos diarios para mí, solo para mí. En esos minutos me gusta leer blogs que sigo y comentar, echarle un vistazo a un taller de creación que hago online, escribir algún cuento propuesto en ese taller, y escribir algún microrrelato (que son mi pasión). NO lo hago como obligación, no me presiona que lo que escriba hoy sea peor que lo que escribí ayer, no me preocupan los vacíos. Yo es que disfruto escribiendo, me surgen solos los textos, llaman a mi puerta incluso en mitad de la noche, y tengo que ponerme a escribir aunque después la mayoría no merece la pena. Ya lo comenté aquí alguna vez. Escribir me salva, escribir es lo que más me gusta del mundo. El blog me permite publicar, me permite compartir mi afición con otras personas como yo, me alimenta el alma. Si no hago una entrada en varias semanas pues ya está, me dedico a leer a otros. Cuando tienes una pasión no debe preocupar mas que abandonarte a ella. Yo soy más lectora que escritora. Por la noche jamás leo microrrelatos, no puedo (ya sabéis, el terríble dinosaurio), leo novela o cuento y eso me da cierta distancia de la inspiración, me despeja y a la mañana siguiente estoy lista para comenzar de nuevo. Acabo de terminar el Libro de los viajes equivocados de Clara Obligado, maravilloso.
ResponderEliminarBueno, ahora me voy a dar de cenar a las niñas, estos dos soles que podrían ser dos jinetes del apocalipsis.
Un besazo Susana.
Mucha ánimo Xavier, que volverás como el ave Fénix.
Para Arte Pun el comentario más divertido.
El resto de tertulianos tienen más razón que un santo.
Me encanta esta sección, gracias Susana.
Me ha encantado, Mar, lo de los soles que doblan en jinetes de la Apocalipsis... Es interesante cómo compartimentamos todos el tiempo, la afición, y esa la pasión a la que dices (también me ha gustado) que hay que abandonarse. Abrazos, gracias.
EliminarExcelente disertación sobre la duplicidad del carácter escritor y editor sobre la que no había recapacitado. Gracias como siempre al saber de Jesús.
ResponderEliminarMe ha encantado también la intervención de Arte Pun. Ole tu arte, y pun.
La verdad es que yo no diría nada porque todos me parecen muy acertados y coincidentes con mi sentir.
Yo, como jamás me tomé en serio, nunca tuve que preocuparme en fijarme metas.
Una pena, la verdad, pero qué le vamos a hacer.
Desde pequeño que me escondía por los rincones con un bolígrafo y me daba por escribir cosas repletas de mayordomos, ricos con monóculos, hijos borrachos y sirvientas embarazadas y claro, era el raro del cole. Así que lo aparqué y empecé a botar el balón e incluso a chutarlo. Mucho mejor. Aplausos, vítores... Lo que decía, una pena.
Como a Mar, aunque nunca me abandonó la lectura y la escritura, no ha sido hasta hace poco que me he retomado y me he vuelto a sentir bien con esa parte que tenía a medio amputar.
Imagino que el comentar o no, el mantener contactos o relaciones en este mundo del blog al que acabo de aterrizar y la exigencia del mismo cual cachorro caprichoso que demanda pienso y cuidados a toda hora depende de dónde fije cada uno sus límites y tal vez del recorrido que tenga hecho. Después de seis años no me imagino en este mismo punto, en esta misma tesitura. Aunque tal vez...
Sí me parece interesante el contagio de los demás. El blog es mucho más dinámico e inmediato de lo que pueden ser los libros. En ese aspecto creo que este enriquecimiento no me pesa ni me pesará. Aunque tal vez...
Respecto a los bloqueos ya lo habéis dicho todo (también) y me ha parecido magnífico el texto de Gustavo que nos has brindado hoy.
Saludos o todos y buen fin de semana
Gracias Xesc. Por cierto, que tu sumisión al balón es una realidad a pie de calle, yo creo que da para hablar largo y tendido cómo nos condiciona la mirada ajena (sobre todo en la niñez). Abrazos.
EliminarYo, como Sergio, también empecé por lo grande, una novelita juvenil que anda rebotando de editorial en editorial hasta que alguien se apiade de ella y decida que es hora de mostrarla al mundo (aunque sea un mundito pequeño donde sólo quepan unos pocos). Cuando la tuve escrita, reescrita, rereescrita, requeterrescrita empecé con una segunda... (la primera me llevo seis añitos y la nueva lleva peor suerte. Hace unos meses os descubrí... y ahí se quedó el bueno de Beltrán, varado en mi cabeza, esperando que quiera dedicarle unos minutos de vez en cuando, con la incertidumbre de lo que le "depararé" el destino.
ResponderEliminarNo se si lo que estoy haciendo en mi blog desde entonces (que antes era de ilustración)es un oasis en el desierto de la estatuas de mis personajes semi olvidados, o es un laboratorio que me permitirá insuflarle nuevos bríos cuando decida retomarlos.
Debo reconocer que los micros me gustan porque la sensación de tener una idea y ver como toma forma en un instante es embriagadora pero también os diré que añoro esos momentos en que los personajes toman las riendas y deciden que te van a desmontar el plan.
creo que debo encontrar la forma de compaginarlo y además seguir haciendo todo lo demás que me pone las lentejas en el plato.
Un saludo a todos.
De nuevo he aprendido mucho de vuestros comentarios, hoy quizá más personales que otros días si cabe.
Así que novelista clandestino, ¿eh? Jaja, pobre señor Beltrán, abandonado por tus microinfidelidades... Éste también me parece un buen tema de debate, Fernando: los personajes que nos están esperando mientras coqueteamos con Internet. (Yo me acuso, claro.) Abrazos, gracias por tus comentarios.
EliminarMe uno a estas reflexiones vuestras que me ha encantado leer, desde las voces de la experiencia de quienes llevan años a su espalda alimentando sus blogs, hasta aquellos que los iniciaron más tarde y no han cumplido el primer año en la red, entre los que me incluyo. Creo que esto es como la vida misma, con una sutil analogía : la autoexigencia que cada uno disponga en sus quehaceres diarios. El perfeccionista, intentará continuamente rozar lo que "su editor de micros" considere publicable, y sólo el que consiga mantener alejado a ese editor crítico y continuamente agazapado tras la sombra, es el que verdaderamente disfrutará con lo que escribe y se sentirá fresco y ágil.
ResponderEliminarCreo que la clave está en disfrutar con lo que se hace, y entonces la literatura o los borrones sobre ella, fluyen solos, con más o menos acierto pero "fluyen". Cuando leía a Mar, leía en sus palabras mi pensamiento. Cuando leía a Jesús, me parecía estar completamente de acuerdo en lo de "pimiento". ¿Acaso en el proceso de creación debemos autocensurarnos antes siquiera de acabar la obra? y ¿no es esta una obra continua, diaria, semanal, mensual en la que volcamos nuestra creatividad?.
Respecto a los comentarios y las obligaciones, creo que es imposible corresponder a más de cien personas todos los días. Es imposible creer que una persona normal puede abordar en una hora setenta micros, leerlos, comprenderlos, comentarlos, leer los comentarios precedentes ...y degustarlos, y yo creo, que todos los que lo hemos intentado y hemos sucumbido ante la imposibilidad de hacerlo, sabemos de qué estamos hablando, y sabemos que cuando lo hacemos, es porque lo disfrutamos, porque nos gusta leer al resto, porque aprendemos, porque nos retroalimentamos. Eso es una red participativa.
En las metas de cada persona puede encontrarse la razón de las desazones, o de las angustias. Si la meta es publicar en papel para un sector de población que sólo compra en las librerías, el chip posiblemente haya que cambiarlo, porque son muy pocos los que desafortunadamente apuestan por los salidos de esta red bloggera.
Si la meta es compartir y ser leído ...la cosa cambia ...porque aquí "nos leemos" y hay algunos libros que aunque vendidos y comprados, mantenemos en nuestras estanterías sin apenas abrirlos por infumables.
Bueno, creo que podría escribir una hora más con pensamientos propios, que pueden parecer ingenuos, o pueden no ser compartidos, pero efectivamente, esta es otra de las virtudes de este medio : se puede expresar sin un molde que te constriña, sin un margen a la derecha o a la izquierda que te susurre "no lo hagas, porque puedes equivocarte...."....
Un placer leeros a todos vosotros,
habéis colapsado mi mañana de sábado,
un mañana en la que estos copos de nieve,
inspiran micros y más micros.....
Un abrazo.
Gracias Laura, un placer leerte a ti también y ver cómo confluyen impresiones. Abrazos.
EliminarLos comentarios me sirven, sobre todo, de que nos parecemos mucho más de lo que creía. Que sensaciones que creo tener únicamente yo, y me riño por ello, resulta que asaltan a todo el mundo en diferente momentos.
ResponderEliminarYo, como ya he dicho alguna vez, llevo muy poquito con el blog, y para mí es de lo mejor que me ha pasado en los últimos años, y no exagero. Casi como cuando descubrí el sexo, ahora sí.
Para mí, hacerme un blog ha sido como quitar un tapón por donde ahora se cuela lo que llevaba tanto tiempo acumulado, ahora tiene más sentido lo que hago. Ya digo, llevo poco, no sé cómo lo llevaré cuando haya pasado mucho más tiempo. Pero como es algo que hago por placer, como todo lo que hago por placer, si no me place, no lo hago. Y cuando me falta la inspiración, leo, que me llena lo mismo, o más, que escribir.
Saludos a todo quisqui.
A mí me pasa lo mismo, Miguelángel. Me gusta "escuchar" cuánto nos parecemos. Gracias por sacar un ratito para pasar por aquí.
EliminarEsto vale luego de haber leído mi comentario abajo. Tal vez sea eso, para mí ya no es más un espacio por el cual fluya o tenga sentido lo que hago. Lo fue, sin dudas.
EliminarPues yo soy la persona menos indicada para las preguntas referidas al blog, soy muy inconstante, muy errática y muy poco formal (jajaj por eso mi editora-siguiendo el afortunado ejemplo de Jesus- pasa ya de mí). Lo mismo me apetece colgar un texto, que una reseña que un vídeo musical y así sin orden ni concierto. Lo abrí más porque me lo aconsejaron buenos amigos que por convencimiento e imagino que eso se nota. Así pues no puedo aportar nada sobre los blogs.
ResponderEliminarSobre lo del bloqueo sí, pero hasta en eso soy un poco rarilla. Tengo etapas en las que las ideas salen a borbotones y lleno la libreta de apuntes, pero sin embargo no las escribo (imagino que ahí entra el miedo a desvirtuar la idea a que no consigas plasmar ese fogonazo inicial, esa epifanía o luz). Y sin embargo en una etapa que se podría considerar de bloqueo porque no surgen ideas me pongo a escribir... al final he aprendido a soltar las riendas y, aunque todos los días escribo(ese es muy importante sea una línea o 100 palabras o más), no me presiono. Recuerdo algo que dijo una vez Albero Corujo en su blog sobre el proceso creativo, dijo que hay ideas o textos que necesitan de un tiempo, que mientras estás ocupado con otras cuestiones cotidianas la mente sigue trabajando a otro nivel y cuando menos te lo esperas escribes el relato casi como si te estuvieran dictando, pero es porque a nivel subconsciente no has dejado de "escribir".
Me han resultado muy interesantes todos los comentarios
Un abrazo calentito que hace un frío que pela.
Yo creo que sí aportas, Rosana. También es representativa tu actitud. Y la creatividad "sumergida" que mencionas, interesante. Besos.
EliminarYo, más que el bloqueo del papel en blanco, lo que tengo de vez en cuando es bloqueo de texto vivo. Tengo una historia, me pongo a escribirla, la leo y me parece que he creado un muerto con mocos. Eso sí me cabrea. Y desde luego lo tengo que descartar porque por mucho que maree la perdiz, sigue siento un muerto, quizá sin mocos, pero un muerto. En mi caso, escribo mejor cuando siento que conecto con la historia, que me pone, que me dice algo. Entonces es un gustazo.
ResponderEliminarYo sí suelo contestar en mi blog y visitar a los que me visitan. Porque creo que sí que hay que corresponder, aunque no sea con la frecuencia con que ellos lo hacen. Me parece un acto de consideración. Un devolver el saludo al vecino que se cruza contigo en la escalera.
Abrazos tardíos.
Ahí coincidimos, Lola. A mí también me desespera la historia que no acaba de "agarrar". A mí me ocurre en los casos en que tengo inicio pero no final. Si la pienso cerrada, encuentra el camino... Besos y gracias por pasar.
Eliminarsuelo tener el lápiz y la hoja arrugada hasta debajo de la cama por si acaso
ResponderEliminarLa arruga es bella, pero ¿creativa?
EliminarBienvenid@, gracias por el comentario.
Yo funciono bajo presión, en todo. Con relación al blog, suelo subir los sábados, pero jamás tengo un texto escrito hasta el mismo día en que tengo que postear. Claro, me angustio, me pongo nervioso, lo cual es una tontería atómica, pues ¿a quién le interesa si subo algo el sábado o el viernes o el lunes?
ResponderEliminarEn relación con los comentarios. En mi caso:
Un 80% son del tipo "qué grande Humberto, eres un genio"
Un 10% con análisis sabido acerca de la técnica que usé (si es que alguna vez le doy importancia a eso)
Un 5% que no tiene sentido, algo así como decir "acuérdate que pasé, aunque no diga nada"
Un 5% verdaderos, de esos que no están atados ni a mí ni a mis textos.
Ahora bien, pese a que los comentarios no modifican mucho lo que escriba, me generan un cierto compromiso de devolución. Tal vez sea una tontería, pero me siento en falta si alguien pasa a darme su porción de afecto, cariño, lealtad, bronca, etc... y no se lo devuelvo.
Estas conversaciones que has iniciado los viernes me parecen muy interesantes, te lo dice un futuro ex bloguero, porque en algún momento esto se va a terminar. Es un fenómeno que ha perdido la función... no, no, lo digo de otra forma, para mí ha perdido la función que tenía.
Como primer paso estoy evaluando quitar la opción de comentarios, o la de seguidores (que es la que más me pesa, 2300 tipos no es broma), o ambas cosas, hasta que de a poco se extinga todo
Puede que antes experimente una versión minimalista: sin cabecera, en blanco, sin fotos, con un texto cada tanto, sólo uno, sin entradas antiguas, para que lo lea en el que tenga interés.
Te dejo un beso.
HD
Tu aportación me parece muy interesante porque yo siempre me pregunto hasta dónde voy a llegar (no me veo mucho más tiempo en esto sin un sentido claro), y porque tus números son astronómicos. De verdad, creo que deberías organizar una "Consultoría de Promoción Bloguera", un minicursillo online (yo me matriculaba) para contarnos cómo se puede reunir tal número de seguidores y comentaristas. Aun no siendo mi objetivo personal alcanzar ese volumen de seguidores ni ese 80% de comentarios sin base teórica (que es la que a mí me satisface, cada cual tiene sus debilidades), me deslumbra tu capacidad de congregación y sé que para muchos es muy golosa la posibilidad de reunir un público tan amplio.
EliminarCuando dices que el blog ha perdido la función que para ti tenía, ¿a qué te refieres? ¿Cuál era? ¿No será que lo que te cansa (como a todos, cada cual en su medida) es la práctica de la correspondencia, que debe ser muy absorbente? La opción de cerrar comentarios en este punto de tu trayectoria es valiente, pero entonces ¿para qué buscaste tanto seguimiento? ¿O se creó espontáneamente?
Disculpa esta matraca de preguntas, Humberto, pero creo que estaba deseando hacértelas desde las primeras veces que entré en tu blog. Por cierto que me quedé allí no porque el tráfico me cautivara ni porque me hayas correspondido con tus comentarios, sino porque me engancharon algunos de tus relatos, entre ellos el del chico que queda parapléjico en la piscina.
Uf, cada pregunta me llevaría dos páginas virtuales (je). Brevemente:
Eliminar1. El objetivo o la función del blogera era, como casi todos, que me leyeran. Pero creí que el mundo blog se trataba de un círculo de escritores (más o menos buenos) con los cuales compartir experiencias, retroalimentarme, aprender, esas cosas. Luego me di cuenta de que el blog es el sucedáneo del chat. Es decir, esta lleno de gente que necesita amigos, compañía, fidelidades, hombros donde llorar y no, eso no me llama la atención. No digo que no haya conocido personas maravillosas que, sin ser escritores, me lean con interés y aporten su granito de arena; pero también me llueven mails proponiéndome citas, encuentros casuales y... eso no.
Es verdad, cada cual hace lo que quiere con su blog (diario íntimo, sitio de encuentros, lugar donde descargar sus fracasos, etc., pero es a mí al que ya no le está interesando, no digo que yo tenga razón acerca de cuál sea la función de un blog. Un ejemplo, hay una señora que desde hace año y medio se está muriendo de cáncer (sic) y cada semana sube una despedida para que 4 decenas de amigos la consuelen, le digan que no, que bueno, que la van a recordar. Es patético, te lo aseguro, pues yo creo que debe tener una enfermedad, pero ya muchos pensamos: bueno, ya te despedí, te dije que lo sentía en el alma, pero ¿cuándo... eh... cuándo te mueres?, porque tengo una vida que seguir. Suena cruel, lo sé, pero más cruel es tener en vilo a personas que se identifican con su situación y sufren de verdad.
2. En relación con la retribución de comentarios, bueno, ya me rendí. Con excepción de unos 30 blogs que me gustan, voy donde puedo, que son muchos, eh, pero jamás podría responder semejante cantidad. Llegué a hacer de todo, hasta una lista para, al menos, dejar un comentario cada 15 días, pero no funcionó, claro... además de ser una obligación (una gran obligación) que antes no tenía. Y claro, hay personas que vienen si y sólo si yo pasé, creo que todos odiamos esto: "comento si me comentas", pero está abarrotado de gente así.
3. No busco seguimiento, se dio así. Mi blog "estalló" de repente. Hasta un cierto día tenía 15 seguidores, personas que me conocían de alguna forma, pero después de una entrada medio sensiblera, comenzaron a caer y se hicieron 40, 170, 400, 1500, 2300. Claro que suelo visitar blogs nuevos, y a veces dejo comentario y los sigo, pero jamás digo sígueme.
En este punto me parece que mis textos algo bueno deben tener, porque no es un fenómeno que suceda sin bases, quiero creer. Hace poco en una quedada entre blogueros de Buenos Aires una colega me preguntó, así, directamente, "Humberto, vos creés que lo que hacés es bueno". Y yo le respondí, "no es mi estilo, yo no escribo micros, es más, detesto la etiqueta 'micro' y a los que buscan reglamentaciones para delimitar ese género, yo escribo cuentos más largos, pero sí, yo creo en lo que hago... ciegamente."
Sólo aquel que pasó los 300 seguidores sabe lo que significa tener un número grande, es una responsabilidad y... problemas. Entre esos problemas esta el de las envidias, odios, etc. Creo que yo soy uno de los tipos más insultados de la net, hasta me han dedicado entradas para criticarme y tuve varios trolls. Uno llegó a visitar cada blog de mis seguidores para atacarme, te lo juro, se tomó el trabajo de ir a todos, lo que hizo que ese día, creo que el 16 de setiembre del año pasado, yo haya tenido en un sólo día 1255 visitas. Alguno creyó que fue una movida de prensa lanzada por mí mismo, y con razón, porque lo único que consiguió el pobre, fue darme un bello récord de visitas y... más seguidores. Eso sí, jamás me criticaron por mis relatos, siempre fue un "Humberto Dib es un mercachifle de seguidores, ódienlo, bórrense, no sean masa".
Perdón por la extensión, pero te aseguro que lo que te cuento es apenas un 5%, podría escribir un libro acerca de la psicología del mundo bloguero.
Otro beso afectuoso.
Dos PS.
Eliminar4. Está también el tema de "no te dejo un comentario porque ya tienes muchos" o el "seguro que ni los lees". Ambos conllevan un castigo, pues así lo vivo, me castigan por tener 200 comentarios. Éste sería un tema muy interesante, pero excede el ámbito del mundo bloguero: ¿por qué siempre se castiga al 'exitoso'?, en todas las disciplinas. Ahora sí, si alguien sube un texto del tipo: "mi bida, sienpre te voi a estraniar", ahí verás cómo tiene éxito y todos le dejan una caricia comprensiva.
5. El número no indica la calidad. El blog más exitoso del universo bloguero es un diario íntimo de una adolescente, creo que se llama My beautiful disaster, tiene más de 8000 seguidores, pero las entradas son... No, no tengo un adjetivo adecuado, creo que aún no se inventó.
Ahora sí, no molesto más.
Muchísimas gracias por tomarte el trabajo de contarnos todo esto, Humberto. Doy fe del ataque de septiembre porque llegó hasta este blog, era un larguísimo denuesto por tu forma de visitar blogs y lo borré enseguida. Te preguntaba si la multiplicación de seguidores fue espontánea porque el viernes pasado comentaste que era fácil atraer a lectores menos "literarios" (por decir algo) con sólo bucear un poco en el mundo exterior. Entonces pensé que lo habías hecho en algún momento, con buenos resultados.
EliminarLa cuestión de los comentarios, su influencia, el "castigo" que tú apuntas (claro, a menor número de visitas no nos pasa), la carga afectiva positiva y negativa que conllevan y la asociación de éxito y cantidad dan para debatir largo y tendido. Igual nos animamos uno de estos viernes, si os parece.
Gracias de nuevo, un fuerte abrazo.
Es verdad, no te respondí aquello. Es así.
Eliminara. Soy docente universitario, tengo alrededor de 1700 alumnos por años desde hace 10 años, eso me abre un gran panorama de visitantes por fuera del mundo de los blogs.
b. Por otra parte, el facebook me ha aportado también una cuota alta de visitas/seguidores, ya que los amigos que se sienten atraídos por mis textos, los comparten con sus amigos y así se hace la cadena.
c. La fundamental, la menos considerada por muchos y, para mí, la mejor forma: el boca a boca. Cuando alguien entra a tu blog y le gusta lo que haces, sabes que lo va a recomendar, lo que termina 'arborizando' el mensaje.
Pero vuelvo a repetir, tiene que haber algo, no se puede vender humo por mucho tiempo.
Creo que si alguien me pidiera un consejo para que su blog tuviera éxito, le daría apenas dos:
Nunca dejes de escribir y NUNCA escribas para escritores, ninguna persona "real" se está fijando si usaste una metonimia aquí o una anadiplosis allá, la gente se guía por el más básico e importante de los criterios, me gusta-no me gusta.
Es un placer comentar acá.
Entro un momento para comentar algo que ha dicho Humberto. Siempre, y digo siempre, tienen más visitas, no las entradas de calidad traten el tema que traten sean textos o reseñas u otro tipo de entradas siempre relacionadas con lo literario, tienen más visitas digo, las entradas que por alguna razón interesen por la polémica que pueda surgir. Si en una entrada hay comentarios que generan polémica las visitas se disparan, lo he comprobado porque las estadísticas del blog te lo chivan todo. Qué sé yo, 50 entradas o 90 si quieres frente a un texto o reseña buenos pero sin amenaza de polémicas frente a 500 a 700 visitas a una entrada que huele a "sangre". No deja de alucinarme que en un país donde criticamos el Sálvame o La Noria o cualquier programa similar, las visitas en los blogs se disparen cuando hay algún tipo de "morbo", ya sea discusión inminente o cualquier otro tipo de historia.
EliminarGracias
Abrazo
Tienes absoluta razón, Rosana. Yo sé de antemano que si subo un texto "de calidad", va a ser más para mí, por el placer que me produce escribir algo que me parece que cerró. Pero si quiero comentarios, si estoy famélico de comentarios, listo, toco el tema religión, perversiones, o (perdón) sensiblería de tres al cuarto.
EliminarLas tres entradas que más comentario me dieron:
Una en donde me metía con la Navidad: 248 comentarios.
Una en donde una mujer asesinaba a un hombre infiel: 219
Una que cuestionaba por qué sienten frío de las mujeres: 218
Por lo general las corto ahí, cuando pasan los 200 publico algo nuevo.
Abrazos.
Puede ser que el espacio blog de una mayor sensación de estar expuesto y eso lleve a presionarse en la publicación semanal "de algo". No obstante creo que esta sensación es bastante fantasmagórica, puesto que en realidad no pasa nada si esta regularidad no se cumple, nadie va a hacer ningún tipo de reclamo; entonces en este punto creo que el blog actúa como un elemento de disciplina para el escritor al sentirse "juzgado" por su posible pereza. Esto, como la mayoría de las cosas, puede ser una motivación o una frustración ingobernable (depende del usuario).
ResponderEliminarEn mi caso es diferente; yo abrí el blog como si le hubiera puesto Wifi al cajón de mi escritorio. La frutilla paranoica es un espacio destinado a compartir una obra en construcción, que no tiene tiempo ni fines previos. Justamente, mi intensión es que los textos queden ahí y de tanto en tanto alguien (en el más milagroso de los casos) vuelva y los lea o si no los descargue (casi nadie sabe qué es una historia continuada). Entonces, como soy consciente de no poseer un arte que pueda interesarle a un editor verdadero me dedico a compartir lo que hago en el medio más cercano que tengo.
Y en eso apareció algo que yo no había tenido en cuenta como un factor tan determinante; los comentarios. Es verdad, los comentarios pueden afectar muchísimo la tarea del escritor... allí creo que es donde aparece con más fuerza la genial distinción que hizo Jesús entre escritor y editor. En mi caso no responde los comentarios el escritor, sino una instancia personal donde tomo muchos kilómetros (los que se puedan) de la obra.
Últimamente he perdido bastante "culpa" con respecto a los comentarios; ahora escribo donde quiero y cuando quiero... no creo que porque alguien comente en mi espacio yo tenga que hacer lo mismo en el suyo... incluso comento en tres o cuatro espacios que nunca han comentado en mi blog. Y no hay cosa que me de más tristeza en este mundo literario virtual que los comentarios por compromiso, que se nota que ni siquiera han leído lo escrito.
Por último lo único medianamente "novedoso" que pueda aportar es que para mi es un error ver al período de sequía como un compartimento estanco enemigo del proceso de escribir. Así como el silencio es parte indivisible de una conversación el "no escribir" también forma parte de la literatura. Como dije otras veces para mí escribir es muy parecido a conversar, y no cabe dudas que si una persona se impone hablar constantemente, en algún momento no va tener más que decir o va a empezar a decir estupideces. El escritor no viene a vencer las hojas en blanco sino a sumarles algo de tinta, pero la hoja sigue siendo blanca; el escritor también escribe con el silencio (y con el tiempo),
Un fuerte abrazo Susana; este espacio para pensar-nos es algo maravilloso. El viernes es un día esperado en el frutillar.
Me gusta ese calificativo, Juan: fantasmagórica. Decididamente califica nuestra idea de nosotros mismos como escritores, de nuestros textos y de su recepción. Conjeturamos sobre nuestra imagen interior, sobre lo que soñamos que se ve de ella fuera y sobre lo que piensan los demás, y topamos con algún que otro desacuerdo que nos sorprende y desencaja. Nos autopresionamos o nos motivamos... todo dentro de nuestro imaginario.
EliminarCoincido contigo en esa evolución hacia la falta de obligatoriedad en el comentario. Yo comento en más de tres o cuatro espacios que nunca entran en mi blog, o muy poco. Y en espacios que me gustan por motivos afectivos, no literarios. En cambio, paso de largo a gente con la que coincido comentando en algunos blogs y que sé que escribe bien, pero que diría que no "me caben", que ya no tengo más tiempo para explorar... Creo que el "comentarismo" es un derivado que empieza motivando y acaba estorbando (si crece mucho), pero que todos necesitamos porque no sólo de letras está hecho el hombre... ni la mujer.
Abrazos barcinonensis.
Lo bueno de ir retrasado en la vida es que ya están los comentarios de los amigos puestos y toca leer y aprender. También es bueno ser el último para que nadie lee mis tontunas.
ResponderEliminarPues yo entre bloqueo y bloqueo, escribo. Tengo una edad en la cuál no me planteo llegar a ser escritor (de los que publican en papel y esas cosas). Entré en esto como antídoto a la situación de desempleo. Mientras escribía era feliz. Abrí el blog en 2009, pero es solo en 2011 cuando lo he alimentado. Me gustan más los relatos de cuatro páginas. La primera pregunta, sobre el bloqueo, me preocupó hasta que decidí que las historias surgen cuando deben surgir. Padecí un infarto profesional y no estoy dispuesto a angustiarme por un aspecto —la escritura— del que solo espero gozar y satisfacciones. Ante el bloqueo: leo, comento, estudio. Es como hacer el amor, tras épocas de bloqueo, cuando menos te lo esperas, te sientes inspirado —en mi caso todo queda en casa— y escribimos otra escena.
Respecto al blog tengo el propósito de alimentarlo tres veces al mes, por varios motivos: el principal porque no tengo tantas historias que publicar; el segundo, porque he comprobado que hay que dejar tiempo a los amigos para que vengan a leer. Como creo que nunca publicaré un libro, publico en el blog, me engordan los comentarios, doy sentido a las horas de holganza, vivo. También me exijo más, los microrrelatos reposan semanas e incluso meses antes de salir.
Por otro lado, me gusta leeros y comentaros. Poco a poco se van seleccionando los blog que me enseñan y hacen pensar.
En fin, que no sé que más decir, salvo que estos viernes de Susana cada vez son más imprescindibles.
No hay retraso, Ximens, el chiringuito no cierra. Yo también preferiría un poco más de calma, pero si comento en un blog al cabo de un día o dos ya soy la última, y quien pasa por el mío a las 48 h también alude a su demora, así que tendríamos que llegar a un acuerdo colectivo para calmarnos un poco.
EliminarSobre tu comentario, me llama la atención lo de "tengo una edad...". Más que nada, porque yo también tengo una edad. Podríamos dedicar algún viernes a evocar a escritores de éxito tardío (Borges sin ir más lejos) o trayectoria irregular, y a la consideración de cómo influye el tiempo vital en el proceso de escribir. Uséase: tener tiempo, administrarlo, apresurarse por llegar, creer que ya no se llega, la trampa de las generaciones literarias...
Pues como estoy enganchada a estos viernes ya no tengo la sensación de llegar tarde, al contrario, eso que gano, en aprendizaje, leyendo los comentarios.
ResponderEliminarY lo que voy a decir es casi muy parecido a lo de mi amigo Ximens, también abrí el blog, deje una entrada y en mucho tiempo no le hice ni caso, y cual sería mi sorpresa cuando un día se me ocurrió mirar y encontré comentarios, es que ni sabia que existía esa opción, me sorprendió, me halagó y lo que más me gustó, me di cuenta que lo que pretendía decir se había entendido y algún comentario me dio una visión nueva de lo que yo había escrito. A partir de ahí empecé a ser más regular, a subir los trabajos que tenía en el cajón. Y también me dio un plus, me ha hecho más constante, intento escribir todos los días.
El bloqueo, bueno he aprendido a no martirizarme, normalmente mi cabeza no para de inventar historias y sé que en algún momento surgirá la chispa, cuando ella quiera…
Los comentarios, la verdad es que me gusta comentar, y leer, disfruto mucho y aprendo. A veces no comento a la primera lectura, pero si dejo un comentario es porque me ha gustado y lo he leído.
En mi caso me parece positivo tener el blog, me motiva para escribir y he encontrado escritores y micros que quizás de otra forma no hubiera sido posible.
Besitos
Qué divertido testimonio, Elysa. Me refiero a eso de que dejaste una entrada y ¡paf!, te aparecieron unos comentarios. Yo creo que esa frescura, ese escribir por placer y sin presiones se nota y es muy saludable. Estáis haciendo que me replantee varias cosas.
ResponderEliminarBesitos al cuadrado.